
PARASHÁ 28 Metsorá
Levítico 14:1- 15:33
Significa “EL que Tiene TSARÁAT”.
TERCERA Aliyá, 14:21-32
14:21 “Pero si es pobre y no tiene suficientes recursos, entonces tomará un cordero como ofrenda por la culpa, como ofrenda mecida, a fin de hacer expiación por él, y una décima de una efá de flor de harina mezclada con aceite para ofrenda de cereal, y un log de aceite”
Aunque el hombre fuera rico o pobre no podía rebajar el precio de animal que de la ofrenda por la culpa. El precio para liberar al hombre no puede rebajarse. Pues representa la muerte del Cordero de Elohim. Pero todos podrán ser libres del pecado y purificados para poder entrar en el santuario celestial y estar cerca de Hashem (Literalmente el Nombre) y servir en el ministerio de Malki-Tsedek.
Cuarta Aliyá, 14:33-53
14:34 “Cuando entréis en la tierra de Kenáan, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra sobre una casa en la tierra de vuestra posesión”
Esta ley, desde el punto de vista natural, sólo se aplica sobre las casas en la tierra de Israel. Además las casas, en aquel tiempo, tenían que ser de una manera especial para que esta ley aplicara sobre ellas. Sólo las casas que tenían piedra, madera y tierra en las paredes podían ser declaradas tamé.
14:45 “derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la casa, y los llevará fuera de la ciudad a un lugar impuro.”
El mundo es una casa. El Todo Poderoso ha enviado sus ángeles para inspeccionar si la casa está libre de contaminación. Pero aunque fue raspada una vez por medio del diluvio, volvió a aparecer la maldad y se está extendiendo. Por lo tanto no queda más remedio que derribar la casa. Este mundo será destruido después del milenio del reino mesiánico, como está escrito en 2 Pedro 3:10-13: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Elohim, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.”
También la casa puede representar el cuerpo del ser humano, El Todo Poderoso la inspeccionará, y si no está libre de maldad, tendrá que destruirla por fuego. Solo la sangre del cordero, del sacrificio hará permitirá que la casa, el cuerpo llegue a ser limpio.
Quinta Aliyá, 14:54 – 15:15
15:2 “Hablad a los hijos de Israel y decidles: “Cuando cualquier hombre tenga flujo de su cuerpo, su flujo es impuro.”
La palabra hebrea que ha sido traducida como flujo es “zav”, y significa “emisión”, “flujo”, “corriente”, “emanación”. Aquí no se refiere a la emisión de semen, sino de otro tipo de flujo. Como la palabra flujo se repite dos veces, se deduce que la impureza ritual empieza a partir de la segunda emisión de flujo. Este tipo de impureza es más severo que la impureza producida por la emisión del semen y requiere sacrificios para su purificación, conferenciar. v. 14-15.
15:4 “Toda cama sobre la cual se acueste la persona con flujo quedará impura, y todo sobre lo que se siente quedará impuro.”
Rashí destaca que los verbos “se acueste” y “se siente” están escritos de manera que no puede referirse a objetos que están designados para otra función que la de recostarse o sentarse. Con otras palabras, sólo se refiere a camas y sillas.
15:5 “Además, cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se bañará en agua y quedará impuro hasta el atardecer”
Una cama que ha sido tocada por el zav, el que padece flujo, se ha convertido en una fuente primaria de impureza, en hebreo “av hatumá” y por eso tiene la capacidad para transmitir impureza a las personas. La persona que ha tocado una cama tocada por un zav transmite incluso impureza a sus propias ropas. Por eso tendrá que pasar tanto su ropa como todo su cuerpo por una mikvé para poder ser tahor, ritualmente puro. La purificación se hace efectiva a la caída del sol.
Si el zav toca otros objetos, no se convierten en fuente primaria de impureza, sino en resultado de impureza, en hebreo “velad hatumá”, y sólo pueden transmitir impureza ritual a alimentos y bebidas.
El hecho de que la persona que se ha sumergido en una mikvé no obtiene pureza ritual hasta la tarde es una evidencia de que lo que finalmente hace efectiva la purificación es la muerte del Mesías, que ocurrió por la tarde.
15:9 “y toda montura sobre la cual cabalgue la persona con el flujo quedará impura.”
Una montura queda impura pero no con el mismo grado de impureza que las camas y las sillas que han estado debajo del zav. Esto significa que el que toque una montura donde ha cabalgado un zav, no necesita sumergir su ropa en una mikvé, sino sólo su cuerpo. Según Rashí, esto sólo se refiere a las partes de la montura que no son el mismo asiento. En cuanto al asiento obtiene el mismo nivel de impureza que una silla.
15:13 “Cuando el hombre con el flujo quede limpio de su flujo, contará para sí siete días para su purificación; entonces lavará su ropa, bañará su cuerpo en agua corriente y quedará limpio.”
La palabra hebrea que ha sido traducida como “corriente” es “jai”, que significa “vivo”, “crudo”, “fresco”. Esto nos enseña que sólo el agua viva, de manantial, es capaz de purificar un cuerpo que tiene impureza ritual. Por lo tanto, para que una mikvé pueda purificar, tendrá que tener aguas que hayan sido introducidas en la mikvé de manera natural, no por medio de la intervención del hombre. Con otras palabras, una piscina a la cual el agua haya sido llevada por la fuerza del hombre, por una bomba de agua, o por tuberías de metal (que pueden llegar a ser impuras), no es apta para la purificación. El agua tiene que llegar a esa mikvé de manera natural.
Vayikrá/ Levítico
28 Parasha Metsorá
3-4-5 ° Aliyá

"Levítico 12:1 – 15:33"


