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PARASHÁ 29 Ajarei Mot

Levítico 16:1-18:30

Significa “después de LA Muerte”. Comentarios

 

Cuarta Aliyá, 17:1-7

 

17:3-4 “Cualquier hombre de la casa de Israel que degüelle un buey, un cordero o una cabra en el campamento, o el que lo degüelle fuera del campamento sin llevarlo a la puerta de la tienda de reunión para presentarlo como una ofrenda a YHWH, delante del tabernáculo de YHWH, ese hombre será culpable de la sangre. Ha derramado sangre y ese hombre será cortado de entre su pueblo.”

 

Hay dos interpretaciones de este texto:

1.  Se refiere a animales consagrados para la ofrenda (Akivá y Rashí).

2. Se refiere a animales no consagrados. Durante el tiempo del desierto estaba prohibido sacrificar fuera del Tabernáculo (Talmud julín  17a), cf. Deuteronomio 12:15, 21.

 

El permiso de comer carne se dio a partir del diluvio. Antes estaba prohibido.

 

17:7 “y ya no sacrificarán sus sacrificios a los demonios con los cuales se prostituyen. Esto les será estatuto perpetuo por todas sus generaciones.”

 

La palabra hebrea que ha sido traducida como “demonio”  es “sair”. Esta palabra tiene varias interpretaciones:

1. demonio, que es un ente incorpóreo  que se supone merodea en los lugares desolados e inhóspitos, conferenciar.   Isaías 13:21; 34:14.

2.  Según el comentario de Ibn Ezrá, a estos entes se les da el mismo nombre que a los chivos porque ese es el aspecto que les adjudican los que creen en ellos.

3.  Según el Targum yonatán ben uziel, el versículo se está refiriendo a los ídolos, asemejándolos a los seirim, (plural de saír).

 

2 Crónicas 11:15: “Y designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, para los demonios, y para los becerros que él había hecho.”

1 Corintios 10:19-20: “¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Eloah; no quiero que seáis partícipes con los demonios.”

 

Quinta Aliyá, 17:8 – 18:5

 

17:11 “Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.”

 

La sangre representa la vida. No es que el alma esté en la sangre, sino la vida depende de la sangre (pudiera ser, pero realmente de esto no se conoce mucho).

Con la muerte de Yeshúa se hizo expiación por la vida del hombre, al derramar él su sangre. La sangre fue tomada por YHWH como un medio de expiación por razón de la vida, el alma, que depende de la sangre.

No hay base en las Escrituras para no permitir que se hagan transfusiones de la sangre para salvar la vida humana. El alma no es transferida a la otra persona al pasar parte de la sangre, ni es transferida a la otra persona parte del alma, (emociones, intelecto y voluntad). El alma es mantenida por medio de la sangre, pero no está en la sangre.

 

18:3 “no haréis como hacen en la tierra de Mitsrayim en la cual morasteis, ni haréis como hacen en la tierra de Kenáan adonde yo os llevo; no andaréis en sus estatutos.”

 

No son las naciones las que determinan nuestra conducta, sino la Torá de YHWH. Todo lo que YHWH aprueba, nosotros también lo aprobamos.

 

18:5 “Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis leyes, por los cuales el hombre vivirá si los cumple; yo soy YHWH.”

 

Hay vida en la obediencia a los mandamientos ¿Pero se refiere a vida eterna o una larga vida en la tierra? La respuesta es: ambas cosas. Hay mandamientos que producen una larga vida terrenal y hay otros mandamientos para dar vida eterna. Por ejemplo el mandamiento que nos ordena creer en el profeta como Moshé, conferenciar. Deuteronomio 18:15, 18 es uno de los que dan vida eterna, como está escrito en Hechos 16:31: “Ellos respondieron: cree en el Señor Yeshúa, y serás salvo, tú y tu casa.”

 

Romanos 10:3-10: “Pues desconociendo la justicia de Eloah y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Eloah. Porque el Mesías es la meta de la Torá para justicia a todo aquel que cree. Porque Moshé escribe que el hombre que practica la justicia que es de la Torá, vivirá por ella. Además, la justicia que es de la fe, dice así: no digas En Tu Corazón: “¿Quién Subirá al cielo?” (Esto es, para hacer bajar al Mesías), o “¿Quién descenderá AL ABISMO?” (Esto es, para subir al Mesías de entre los muertos). Más, ¿qué dice? cerca de Ti esta la palabra, ESTA LA PALABRA, En Tu BOCA y En Tu corazón, es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Eloah le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.”

 

No hay contradicción entre Moshé y Yeshúa. Si fuese así, Yeshúa sería un falso mesías. Lo que Romanos 10 enseña es lo mismo que Levítico 18:5, que hay vida para aquel que practica la Torá, porque la Torá lleva la persona al Mesías y a la justicia de la fe, la cual está citada en la Torá, conferenciar. Deuteronomio 30:12-14. El problema surge cuando una persona intenta usar aquellos mandamientos que no son dados para vida eterna y cumplirlos en su propia fuerza para así obtener la salvación de su alma por los propios méritos. Otra enseñanza falsa, que existe dentro del judaísmo apóstata, es que uno se salva si las obras buenas pesan más que las obras malas. Esos caminos son engañosos y sumamente combatidos  en el Código Real por los emisarios del Mesías.

 

Gálatas 3:12: “Sin embargo, el legalismo no está basado en la confianza y la fidelidad, sino en una mala interpretación del texto que dice, EL QUE LAS HACE, VIVIRÁ POR ELLAS.”

 

Vayikrá/ Levítico
29 Parasha  Ajarei Mot

4-5 ° Aliyá

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