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LA FE COMO ESTILO DE VIDA.

 

TEXTO: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Ro 12: 2) (Versión    Reina Valera)

“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.” (Ro 12: 2) (Versión Biblia de las América)

 

Introducción: La fe es tan poderosa. Por la fe fue constituido el universo y lo que se ve fue hecho de lo que no se ve. Por la fe los seguidores de Jesús (Yashúa) ponemos las manos sobre los enfermos ocurre el milagro de su sanidad.

 

Pero la fe también transforma las vidas de los seres humanos. Los alcohólicos, los drogadictos, los homosexuales, los delincuentes y los incrédulos son transformados; y luego todos se asombran cuando los ven pasar ya redimidos del pecado en que vivían.

Hubo un suceso en mi etapa de estudiante universitario que me dio una enseñanza muy útil que me ha servido para tener un constante deseo de superación en todas las áreas de mi vida. Una mañana soleada de domingo, mientras me ejercitaba corriendo por el campo, después de atravesar una maleza me impresionó un bello paisaje. Ante mi se extendía un inmenso sembrado de flores de diferentes variedades y colores que se agrupaban en un orden perfecto.

 

A este paisaje se añadían aspersores de regadíos que giraban sobre sí mismos y al salir de ellos el agua en gotas finísimas, la reverberación de los rayos del sol producía como efecto pequeños arcoíris. Ante tanto colorido había algo que predominaba por encima de todo: exóticas mariposas que revoleteaban hasta donde se perdía la vista por aquel extenso floral.

 

De pronto, un increíble contraste acaparó mi atención: en el mismo lugar existían dos estilos de vida muy diferentes. Arriba todo era flores, colorido, belleza, alegría y mariposas en vuelo  constante, mientras en la parte baja, por lo tupido del follaje, predominaban las malas hierbas, los insectos, la oscuridad y las orugas. Los de abajo ignoraban que existía una bendición muy cercana a ellos, pues estaban adaptados a un modo de vivir en derrota y en tristeza. Yo me preguntaba: ¿cómo es posible que las orugas, que arrastran pesadamente sus vidas, que hacen daño a su medio comiendo todo vegetal que encuentra al paso, sean transformadas en mariposas capaces de polinizar las flores?  Mis propios conocimientos sobre la biología me contestaron: gracias al proceso de la metamorfosis.

 

Aquel espectáculo de por sí hermoso me llevó a formularme una segunda pregunta: ¿será posible para un hombre perdedor, desahuciado por la medicina humana, un corrupto y mentiroso o un asesino, sufrir una metamorfosis similar a la que transforma a la oruga en mariposa, de manera que se convierta en un nuevo hombre aun con las limitaciones propias del ser humano y sus errores, pero que comience a crecer en fidelidad, pasando a ser sincero, piadoso y triunfador en la vida? Fueron ahora mis conocimientos sobre la palabra de Dios los que me llevaron a decirme: si, es posible también una metamorfosis divina en el ser humano siempre que siga el siguiente consejo: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.” (Ro 12: 2) (Versión Popular)

 

¿Cómo es posible que en una comunidad de fe donde se predica la misma palabra para todos, unos sean amorosos, trabajadores y generosos, mientras hay otros que son chismosos, tacaños, incrédulos y viven de manera carnal? ¿Cómo es posible que en un mismo país haya gente que prospera, y en cambio otros viven en la miseria? ¿Cómo es posible que en un lugar como Estados Unidos, donde todos quieran viajar, también existan drogadictos, enfermos, gente sin oportunidades de vida, e incluso algunos comen en latones de basura?

Muchos hombres fueron trasformados por medio de la fe, y dice la Biblia que obtuvieron buen testimonio. Abraham fue un hombre al cual Dios le transformó la vida mediante la fe. Algunos piensan que Abraham es el padre del la fe porque fue perfecto, y no es así. Él es el padre de la fe porque se le presentaron las pruebas típicas que se le presentan a cualquier creyente.

 

Abraham  no tenía hijos, lo que era considerado como una desgracia pues se pensaba que el estéril se trataba de alguien tan miserable que no merecía que Dios le diera descendencia. Y llegó a la vejez sin ver estas bendiciones cumplidas en su vida.

 

Sin embargo, Abraham al final de su vida tuvo grandes riquezas, y además un hijo del cual nació una nación completa, el pueblo de Israel. Y aunque él murió físicamente, está ahora sentado en la presencia del deseado de las naciones, el Rey de Reyes y Señor de Señores.

Es posible que usted tenga desgracias, como pudieran ser enfermedades, trámites interminables por algún motivo, demandas judiciales, tristeza, deudas, pobreza, problemas matrimoniales o se encuentre divorciado, por mencionar algunas de las aflicciones que enfrentan las personas en la actualidad.  La fe lo lleva a lidiar con ellas de manera correcta.

Oración de Transición: Si como Abraham, nos dejamos llevar al estilo de vida de fe al cual Dios quiere llevarnos, también nosotros seremos transformados y bendecidos. ¿Qué hizo Abraham? ¿Me sirve a mí lo que le sirvió a Abraham en su época? Él tomó decisiones de fe que lo llevaron al éxito espiritual y material.

 

1.  SALIÓ. Abraham salió.

Narración: Abraham salió tres veces, la primera fue de Ur de los caldeos. “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.  Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.  Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él.” (Gn 12: 1-4)

 

La segunda ocasión Abraham salió de Harán, allí había adquirido algunos bienes con el esfuerzo de casi toda su vida, estaba asentado y acomodado; pero al morir su padre Taré, Abraham se sintió impulsado por el primer llamado  de Dios y salió con su sobrino Lot.

Y por tercera vez, Abraham salió de su tienda. Él había alcanzado el éxito en muchas áreas de su vida. Regresó rico de Egipto, venció a cinco Reyes con solo trescientos dieciocho criados, fue bendecido por Melquisedec. Pero no había visto todas las promesas que Dios le había hecho. Le faltaba la promesa que más deseaba: tener un hijo. Y estaba Abraham  en su tienda y se sentía frustrado pues hablaba con Dios de esta manera.  “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.” (Gn 15: 7)

 

Explicación: Salir cuando alguien nos llama a algo nuevo, es una acción que demuestra confianza en aquel que nos hace el llamado. Abraham, al sacar un pie de Ur de los caldeos establecía una relación de compromiso con Dios. Cualquiera puede creer en algo, sin embargo el caso de Abraham es sumamente notable: tuvo una fe que lo comprometió a salir a caminar sin saber qué vendría, pero confiando en el que lo había llamado.

Los lugares donde nos asentamos nos mantienen en pasividad, porque uno permanece estancado.

 

Aplicación: hoy  nadie quiere comprometerse de manera alguna; las personas desean bendiciones, cariño, sexo, trabajos bien pagados, pero no realizar compromisos para lograr todo eso. Dios es amoroso y misericordioso, más también justo e inteligente, y por lo tanto no está obligado a bendecir a nadie que no entra en una relación de compromiso con Él

 No estamos hablando de ser perfectos y no cometer errores, porque Abraham tuvo faltas; pero vivió para Dios. Cuando nosotros respondemos al llamado que Dios nos hace hacia una nueva dimensión desconocida, no solo nos estamos comprometiendo a vivir para  Él, sino también lo estamos comprometiendo a Él a cumplir lo que nos haya prometido.

Cualquier hombre se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales, pero cualquier hombre no se casa estableciendo un compromiso de vivir junto con ella hasta llegar a viejos, para cuidarla y mantenerla. Cualquier hombre embaraza a una mujer, pero no cualquiera es padre y se compromete a reconocer y criar al niño, educándolo hasta que llegue a la  mayoría de edad.  Cualquiera cree en Dios cuando obtiene sus beneficios, pero no cualquiera sale al nuevo modo de vida que Él llama, el estilo de  vivir para Él y caminando siempre junto a Él.

Cuando usted sale de un centro de trabajo o un negocio y entra a otro, todo antiguo compromiso es roto. Se establecen nuevos horarios laborales, nuevos deberes, un nuevo salario.

 

El pecador no desea salir del mundo pecaminoso, por no contraer el compromiso de vivir como Dios lo ordena, y por no dejar el estilo de vida que ha vivido hasta el momento que le resulta sumamente agradable. Unos dicen: es que  me gusta el alcohol, el baile, o las mujeres.

El que no acepta el bautismo es para no comprometerse con las obligaciones que Dios impone, pues parece que el bautismo es también un sello de compromiso.

Ilustración: Nunca he oído la noticia de que un ciego ha sido atropellado en la vía al salir a cruzarla, pero sí de muchas personas con sus cinco sentidos en perfectas condiciones que sufren accidentes. Y es que los ciegos no confían en sus propios instintos, sino comprometen a otro que vea y una vez que mire hacia ambos lados, lo cruce la calle. En este mundo de diferentes filosofías, religiones, falsedades e inmoralidades, debemos ser sabios y no confiarnos en nuestros propios instintos para salir a aceptarlas cuando nos las vengan a proponer. Debemos confiarnos en alguien que es el más sabio y vidente del universo. ¡Debemos salir confiados al llamado del poderoso, Espíritu de Dios!

 

2.  DEJÓ. Abraham dejó.

Narración: Gn 12:1-4 “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.  (…)  Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot  fue con él.”

Explicación: Cada vez que se sale al llamado de Dios, se dejan cosas atrás. Cuando Abraham salió de Ur de los Caldeos dejó su tierra, su antigua forma de vida en una ciudad sensual y un aparente futuro para un joven. Cuando salió de Harán, dejó la comodidad que había alcanzado hasta ese momento, y al final de su vida cuando salió de su tienda de campaña, dejó las riquezas obtenidas y el calor de la compañía de Sara.  Gn 15:2-6  “Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

 

La gran virtud de Abraham fue que siempre lo dejó todo ante el llamado de Dios, aunque cometió el error de no ser radical  porque a pesar de haber obedecido en lo dejar su tierra, desobedeció al no dejar su parentela. En la Biblia, la tierra siempre ha tenido el significado de modo de vida antiguo, lo que ahora llamamos el mundo. Dios le dijo a Moisés: “Los voy a sacar de Egipto, y los llevaré  a una tierra que fluye leche y miel”, y todos conocemos que Egipto tipifica el mundo; entonces la tierra prometida representa la renovación  mental, la nueva vida en el Mesías.

 

La parentela simboliza todo lo que teníamos en aquel antiguo modo de vida, que nos gusta y por lo tanto nos cuesta trabajo dejar. Sabemos que no nos convienen, sabemos que Dios quiere que las abandonemos, pero aun así no queremos deshacernos de ese lastre. Muchos de nosotros deberíamos estar en niveles de bendición mayores, pero estas malas costumbres que remolcamos no impiden alcanzar aquello que está delante de nosotros.

 

Estos arrastres nos hunden en el fondo del nivel inferior desde el punto de vista espiritual y práctico, porque si persistimos en remolcarlos Dios no nos pasa a un nuevo nivel de bendiciones. Las malas actitudes nos postran imposibilitándonos seguir hacia arriba; por ejemplo, la vagancia y la pereza nos impiden alcanzar riquezas materiales; la falta de  estudio y capacitación nos inhabilitan para llegar a ser jefes un día y nos confinan a trabajar siempre para alguien; la ambición, la informalidad y la falta de excelencia nos impiden trabajar en equipo y tener acceso a una empresa próspera; la inmoralidad nos inhabilita para tener acceso a un mejor matrimonio.

 

La parentela a veces ayudan engañosamente al sustento y proveen de otras supuestas ventajas, pero a Dios no le agradan porque obran de forma contraria a su palabra. Por ejemplo, la venta de drogas, alcohol, cigarros, la prostitución, la administración de cantinas, y otras actividades similares, hay que abandonarlas por fe y pensar que con Dios seremos más bendecidos que con la parentela.

 

3.  CAMBIÓ. Abraham cambió.

Narración y Explicación: Luego de vivir saliendo y dejando, Abraham se elevó como Justo.

Abraham fue capaz de resurgir, entendiéndose el resurgimiento como la disponibilidad del alma de volver a comenzar con Dios aunque parezca que ya no queda otra oportunidad. Abraham siendo viejo podía pensar que ya no habría otra oportunidad para tener hijos, pero creyó que Dios le iba a dar tanta descendencia como el número de estrellas.

También resultó excelente en su caminar bajo la voluntad de Dios. Aunque al principio Abraham cometió errores como el de mentir, al final alcanzó la excelencia en su carácter. Dice la Biblia en la Carta a los Hebreos que él se encuentra entre los que alcanzaron buen testimonio. 

 

Además entre las cualidades que adquirió estaba la de ser esforzado: pasó toda su vida como nómada, lo que requiere de un gran esfuerzo. Perseverante en la fe y en la práctica, no descansó en toda su vida, hasta no ver la promesa de Dios cumplida. La osadía, el atrevimiento y la valentía, fueron otras actitudes que añadió a su carácter; con solo trescientos dieciocho criados venció a cinco reyes. La pasión y la devoción también alcanzaron su vida: donde llegaba, levantaba un altar a Jehová.

Aplicación: El ir saliendo constantemente al llamado de Dios e ir dejando todo aquello que a él no le agrada porque no nos conviene, aunque a nosotros nos guste o nos sustente, nos llevará irremediablemente a cambiar de estilo de vida, a ser transformados. Como resultado de salir y dejar para Dios vamos a alcanzar un día estas cualidades en nuestra vida.

 

4.  MIRO. Abraham miró.

Narración: Abraham cambió su visión por la que Dios quería.

 Gn 15:2-6  “Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliécer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.”

 

Explicación: Abraham había tenido éxito en las finanzas y su visión humana consistía en dejar la miserable suma de millones en oro, plata y ganado de todo tipo a hijo suyo. Pero la visión de Dios era más grande y de mayor alcance: que un hijo lo heredase en cuanto a bienes materiales, era el más pequeño de los objetivos; el principal propósito era que de Abraham naciera la nación encargada de traer al Mesías y Salvador del mundo.

 

Abraham se lamentaba mientras miraba su casa de campaña pensando en quién se quedaría con ella, y hoy día nadie quisiera esa casa de campaña para vivir. Dios tuvo que cambiarle esa visión humana y  mediocre por una de extensiones divinas, por tal motivo le puso el ejemplo que terrenalmente le acercaba un tanto a la amplitud de la dimensión infinita de Dios. “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”

El patriarca deseaba dejar a un hijo propio los bienes materiales que había conseguido en su vida, pero cuando vio a los cielos cambió la visión estrecha y terrenal por la infinita celestial de Dios, representada esta última por las incontables estrellas; y por eso se dio cuenta que las pretensiones que desde el punto de vista humano tenía, eran insignificantes en cuanto al tamaño de las pretensiones desde el punto de vista eterno que Dios tenía con él.

 

Aplicación: ¿Cuáles son nuestros sueños y pretensiones? No quiero aparentar ser un súper espiritual, porque también tengo deseo de poseer bienes materiales con las cuales he soñado toda la vida. Pero sé que más me conviene la visión de Dios para mi vida, perspectiva que va mucho más allá de mi imaginación humana; Dios quiere darme lo que he soñado en el sentido material, pero sus principales propósitos con mi vida son enormes y eternos. ¿Cuáles son los sueños del impío? Dinero, Poder, fama, etc. Lo podríamos resumir en cosas perecederas, que no trascienden más allá de la vida terrenal. Pero los sueños del que tiene un estilo de vida de fe como el de Abraham alcanzan más allá de la vida terrenal. Debemos hablar, vivir y trabajar pensando más en la eternidad.

 

5. RECLAMÓ Y ACTUÓ. Abraham reclamó y actuó.

Narración: “Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliécer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará.

        Explicación: Aunque la visión de Abraham tal vez eran inicialmente humana, él hizo algo bueno: le reclamó a Dios lo que le había prometido. Al mismo tiempo actuó, porque a pesar de ser viejo y no tener tal vez las condiciones humanas para tener un hijo, despertó a su anciana esposa a esa hora de la noche para  obrar en función de lo que le había creído a Dios. Y Sara quedó embarazada.

Aplicación: Hay muchas promesas en la Biblia, algunas de las cuales se han cumplido parcialmente en nuestras vidas y otras no. Pero el deseo de Dios es que nosotros reclamemos en oración y plegarias y también conquistemos por medio de la fe que obra, lo que El Padre nos dio a través del Mesías Jesús (Yashúa).

 

24-Oct-15
Bereshit / Génesis
3° Parasha / Lej Lejá
Génesis 12:1 - 17:27

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