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1° Aliyá

Combinando los dos lugares Shejem y Moré, vemos también una conexión entre nuestra aceptación de la muerte del Mesías y la aceptación del Mesías como nuestro Maestro de Torá.

Shejem y Moré representan los dos pasos para ser salvo como está escrito en:

 Romanos 10:9-10: “si confiesas con tu boca a Yeshúa por Adón, y crees en tu corazón que Elohim le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.”

Adón significa “señor”, ”maestro”, ”gobernante” y ”jefe”.

 

12:8 “De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente  y ai al oriente; y edificó allí un altar a Hashem, e invocó el nombre de YHWH.”

 

Betel significa “casa de Elohim”, “casa del Poderoso” La palabra casa puede significar dos cosas:

1.     núcleo familiar

2.     Lugar de habitación

En este caso Betel simboliza tanto  la familia de Elohim como el templo de Elohim.

 

No podemos quedarnos solamente en la experiencia de Shejem y Moré, que representa la conversión al Elohim de Israel por medio de Yeshúa HaMashiaj y la aceptación de la Torá dada por Moshé y explicada por el Mesías. Hay más.

En el judaísmo hablamos de dos yugos, el yugo del reino y el yugo de la Torá. El yugo del reino representa a Shejem, y el yugo de la Torá está representado por Moré.

Estos dos yugos están también expresados en los primeros textos de la confesión del shemá. En el primer texto del shemá, Deuteronomio 6:4-9 está escrito:

“escucha, Israel, Hashem es nuestro Elohim, Hashem es uno. Y amarás a Hashem tu Elohim con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”

 

Este texto  representa el yugo del reino, el cual implica aceptar al Eterno como nuestro único Elohim de manera personal. Por esto está escrito en singular: “amarás, tu, tu, tu, enseñarás...”

Ahora, el amor por el eterno se manifiesta en la obediencia a sus mandamientos. Shejem nos lleva a Moré.

 

El segundo yugo, el de la Torá, se encuentra en Deuteronomio 11:13-21 donde está escrito:

“y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar a Hashem vuestro Elohim y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, el dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. Y el dará hierba en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás. Cuidaos, no sea que se engañe vuestro corazón y os desviéis y sirváis a otros dioses, y los adoréis. No sea que la ira de Hashem se encienda contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la buena tierra que Hashem os da. Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, para que vuestros días y los días de vuestros hijos sean multiplicados en la tierra que Hashem juró dar a vuestros padres, por todo el tiempo que los cielos permanezcan sobre la tierra.”

 

En este yugo de la Torá vemos como el pronombre se va cambiando a una forma plural. En el primer yugo, el del reino el texto está escrito de una forma solamente personal, singular, “amarás, tu, tu, tu, enseñarás, escribirás...”

En este yugo de la Torá vemos que se usa la forma plural “obedecéis, os, vuestro, vuestra” pero luego, en el versículo 14 va pasando al singular: “recojas…”  para luego volver al plural en los versículos 16-19: “cuidaos…”, después al singular en los versículos 19-20: “te…” y, finalmente, al plural en el versículo 21.

 

De esto aprendemos que el yugo de la Torá nos enseña a vivir nuestra vida privada en obediencia en una relación con el pueblo de Israel dentro del cual estamos. (Por lo que le habla en ocasiones a Israel en primera persona y luego pasa al plural en el que comprendemos es para nosotros y así sucesivamente)

Por lo tanto no es suficiente vivir solos delante del eterno. Necesitamos formar parte de un colectivo. Y este es precisamente el resultado del trabajo de la Torá en nuestras vidas.

Uno no puede amar al eterno y aborrecer al hermano. Es imposible, porque el amor al eterno te lleva forzosamente a amar a tu prójimo, primero los más cercanos y luego los que están más allá de los conocidos.

 

En efesios 4:1-6 está escrito:

“yo, pues, prisionero del señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. hay un solo cuerpo y un solo espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Elohim y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.”

 

En Filipenses 2:1-4 está escrito:

“Por tanto, si hay algún estímulo en el Mesías, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del espíritu, si algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud  humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.”

 

En Colosenses 1:3-4; 3:12-15 está escrito:

“Damos gracias a Elohim, el Padre de nuestro señor Yeshúa el Mesías, orando siempre por vosotros, al oír de vuestra fe en el Mesías Yeshúa y del amor que tenéis por todos los santos… entonces, como escogidos de Elohim, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos  unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como el Mesías os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz de Mesías reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.”

 

En 1 Tesalonicenses 4:9-10 está escrito:

“Más en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Elohim a amaros unos a otros; porque en verdad lo practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis en ello más y más.”

 

En 1 Pedro 4:8 está escrito:

“Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.”

 

En Juan 15:12-13 está escrito:

“Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. Nadie tiene un amor may- or que éste: que uno dé su vida por sus amigos.”

 

En 1 juan 3:10-18, 22-23 está escrito:

“En esto se reconocen los hijos de Elohim y los hijos del diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Elohim; tampoco aquel que no ama a su hermano. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros; no como Kayín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto conocemos el amor: en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Elohim en él? hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en ver- dad…. y todo lo que pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su hijo Yeshúa el Mesías, y que nos amemos unos a otros como él nos ha mandado.”

 

En 1 juan 4:7-12, 19-21; 5:1-2 está escrito:

“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Elohim, y todo el que ama es nacido de Elohim y conoce a Elohim. El que no ama no conoce a Elohim, porque Elohim es amor.  En esto se manifestó el amor de Elohim en nosotros: en que Elohim ha enviado a su hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Elohim, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su hijo como propiciación por nuestros pecados. Amados, si Elohim así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Elohim nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Elohim permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros… nosotros amamos, porque él nos amó primero. Si alguno dice: yo amo a Elohim, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Elohim a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de él: que el que ama a Elohim, ame también a su hermano. Todo aquel que cree que Yeshúa es el Mesías, es nacido de Elohim; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de él. En esto sabemos que amamos a los hijos de Elohim: cuando amamos a Elohim y guardamos sus mandamientos.”

 

En todos estos textos vemos la importancia de tener una relación correcta con el pueblo de Elohim que es la Familia de Elohim y el Templo de Elohim.

La experiencia de salvación con la aceptación  del yugo del Reino y el yugo de la Torá es maravillosa, y transforma nuestra vida personal. Pero hay más. Conforme vayamos creciendo en el conocimiento del eterno por medio de su Torá revelada por medio de Moshé y el Mesías Yeshúa, entraremos en una dimensión nueva de nuestra vida espiritual, la dimensión de colectivismo y así pasamos de Shejem y Moré a Betel, la familia del eterno.

 

Es  cierto  que tenemos una responsabilidad  delante del eterno de nuestras vidas personales, cada uno será juzgado  según su propia  obra, en pensamientos, palabras y hechos, pero nuestras vidas no fueron creadas para ser islas separadas en un océano, sino miembros de un cuerpo, un colectivo, una gran familia, la gran familia de los hijos de Avraham, el pueblo de Israel.

 

“al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y ai al oriente”

Ai significa montón o ruina. Betel significa casa de Elohim. ¡Un montón de piedras no es una casa!

Avram se colocó entre Betel y ai. Cada día al salir de su tienda por la mañana tuvo que elegir entre Betel y ai, entre el montón de piedras y la casa de Elohim. De la misma manera nosotros tenemos que escoger entre ser una piedra

Solitaria, aunque sea parte en un montón de piedras juntas, o ser parte de una casa donde hay orden y disciplina.

Para ser parte de una casa hace falta pasar por un proceso de corrección,  ser una piedra viva, labrada, y ajustada y colocada en un lugar específico en el edificio. Ya uno no puede hacer lo que le parezca, lo que le plazca.  Hay constructores que han sido puestos para edificar una casa del eterno en todo lugar, esforzándose para que las piedras sean ajustadas y colocadas cada una en su lugar.

Así que ya terminó el tiempo de ser un solitario espiritual. Llegó el tiempo de ser parte de una casa, un cuerpo, y unirse definitivamente a los hermanos.

 

En 1 Pedro 2:1-10 está escrito:

“Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la benignidad del señor. y viniendo a él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Elohim, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados  como  casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Elohim por medio de Yeshúa el Mesías. Pues esto se encuentra en la escritura: he  aquí, Pongo en  Sion una Piedra escogida, una Preciosa piedra angular, y el Que crea en él no será avergonzado. este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, La Piedra Que Desecharon Los constructores, esa, en Piedra angular se ha convertido, y, Piedra De Tropiezo y roca De escándalo; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Elohim, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Elohim; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia.”

 

“al oriente de Betel”

Las entradas al tabernáculo y al templo siempre están hacia el oriente. Así que Avram se puso en el lugar que simboliza la entrada a la misma presencia del eterno. (No se puso al occidente, hoy el mundo religioso está occidentalizado, con una mentalidad impuesta por la gran ramera, donde la sicología, el humanismo y el paganismo con sus costumbres y fiesta son las costumbres de pueblos que dicen ser de Dios; Avraham se instaló al oriente, tal como el huerto del Edén, donde se puede oler el aroma del Eterno Dios Todo Poderoso)

 

 

“plantó su tienda”

La Torá no dice que Avram plantó su tienda en Shejem. Pero aquí en Betel sí. Es un lugar donde hay que plantar la tienda. Es un lugar donde hay que afirmar su estancia. Hazte miembro de un colectivo de personas que creen igual que tú y sé fiel a esa comunidad.

 

“edificó allí un altar a Hashem” – este altar representa la entrega total al Eterno dentro de un contexto colectivo, en la congregación de los creyentes, en la casa del eterno.

Esto nos recuerda también el lugar de muerte del Mesías, que seguramente ocurrió delante de la entrada del templo del eterno en uno de los árboles que hay el monte de los Olivos, al oriente de Yerushalayim.

 

“Invocó el nombre del YHWH” – invocar el nombre no significa solamente tomarlo en los labios, sino dar a conocer al mundo entero que él es el único. Después de haber estado en Mesopotamia y luego en Egipto,  Avraham toma sobre sus hombros la tarea de hacer conocer el nombre del Eterno al mundo entero, para que supieran que Él es el único Elohim verdadero.

 

En juan 17:3 está escrito:

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Elohim verdadero, y a Yeshúa el Mesías, a quien has enviado.”

Avram no dio a conocer el nombre de YHWH en Shejem y Moré, pero aquí sí, entre Betel y ai. De esto aprendemos que lo que más impacta al mundo no es nuestra propia experiencia de aceptación del yugo del Reino y de la Torá, nuestra experiencia con el Mesías Yeshúa como salvador y señor, sino nuestra convivencia en amor en la congregación de los creyentes, como está escrito en juan 13:34-35:  Un mandamiento nuevo os doy (Moré): que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado (Shejem), así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos (Proclamó el nombre) que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros (Betel).”

 

Ya no vivas como una piedra solitaria, déjate ser edificado como una casa espiritual.

 

El nombre de YHWH se dará a conocer al mundo entero cuando dejemos de vivir como individuos y nos entregamos unos a otros en la congregación de los hijos de Avraham e Israel, con la ayuda del espíritu del Mesías que nos ha sido dado.

Hay un fenómeno natural muy interesante en el lugar donde Avram invocó el nombre del eterno por primera vez en la Tierra prometida. El nombre hebreo de YHWH está escrito con las letras actuales hebreas, en las montañas en el mismo lugar donde nuestro Padre Avraham plantó la tienda. Este se puede ver en las imágenes de los satélites.

 

12:10 “y hubo hambre en la tierra; y avram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra.”

Esta fue la cuarta prueba en la vida de nuestro padre. Era necesario que bajara a Egipto para pisar esa tierra, conferenciar con Josué1:3, de manera que todo lugar que sus pies hayan pisado sería entregado a sus descendientes, como está escrito en 15:18: “desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates”

 

Segunda Parte
24-Oct-15
Bereshit / Génesis
3° Parasha / Lej Lejá
Génesis 12:1-13

2.

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