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Pekudei Significa “cuentas de”.

Primera Aliyá, 38:21 – 39:1

 

Moshé (Moisés) ordena que se haga un recuento de todo el material que se ha utilizado para el tabernáculo. El servicio de los levitas estará bajo la dirección de itamar hijo de Aharón. Betsalel, junto con Aholiav, han hecho todo lo que el Todo Poderoso ha mandado a Moshé. La cantidad total de oro empleado en toda la obra es de 29 talentos y 730 siclos. Se ha usado 100 talentos y 1775 siclos de plata, que corresponden a una beka por cabeza de los 603.550 hombres contados, de 20 años para arriba. Los 100 talentos han sido usados para las 100 basas de las tablas del santuario y las columnas del velo. Los 1775 siclos se usaron para los ganchos y demás detalles de los pilares del atrio. La contribución del cobre fue de 70 talentos y 2400 siclos, con el cual se hizo las basas de los pilares para la entrada de la tienda, el altar y sus utensilios, las basas de los pilares del atrio y su portal y todas las estacas. De la lana se han hecho vestiduras de encajes para el servicio en el santuario. También se han hecho vestiduras para Aharón.

 

Comentarios

Primera Aliyá, 38:21 – 39:1

 

38:21 “Estas  son  las  cuentas  del  tabernáculo,  el  tabernáculo del testimonio, según fueron contadas conforme al mandato de Moshé. El servicio de los levitas estuvo bajo la dirección de itamar, hijo del sacerdote Aharón.”

 

Moshé dio la orden para rendir cuentas ante todo el pueblo de cómo se había utilizado el material donado para la obra del Todo Poderoso. No sólo el pueblo de Israel podía ver estas cuentas, sino todo el mundo que tiene acceso a la Torá puede ver como Moshé había administrado el oro, la plata, el cobre, las piedras preciosas y los demás objetos de valor. Esto nos enseña la importancia de tener cuentas claras en las congregaciones y en la administración pública de cualquier organización. Moshé tomó la iniciativa para hacer esta rendición de cuentas ante el pueblo, para que nadie le acusara de corrupto. En ningún momento dio oportunidad para que el pueblo pensara que él se había hecho rico a costa de los donativos a la obra del Todo Poderoso, como está escrito en Números 16:15b: “No he tomado de ellos ni un solo asno, ni le he hecho daño a ninguno de ellos.”

 

Moshé podía haber reclamado el asno que usó para ir de Midyán a Mitsrayim cuando fue llamado a servir en la obra, conferenciar. Éxodo 4:20. Él entregó su propiedad personal para cumplir con la tarea de sacar el pueblo de la esclavitud y no la reclamó después, aunque tenía todo el derecho para ello.

 

También el  profeta  Shmuel (Samuel) habla delante del pueblo según está escrito: 1  Samuel  12:3 “Aquí estoy; testificad contra mí delante de HaShem y delante de su ungido. ¿A quién he quitado buey, o a quién he quitado asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? Testificad, y os lo restituiré.  Y ellos dijeron: Tú no nos has defraudado ni oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre.”

 

Está escrito en 2 Corintios 7:2: “Aceptadnos; a nadie hemos ofendido, a nadie hemos corrompido, de nadie hemos tomado ventaja.”

 

El procedimiento de Moshé en relación con los objetos de valor del tabernáculo es un ejemplo para todo líder que administra el dinero, y especialmente el dinero que ha sido donado para la obra del Eterno.

 

Cuando hay descuido en esta área por parte de los que administramos la economía de las congregaciones. Es una de las razones por las que la Shejiná no viene más fuertemente sobre nosotros, porque no estamos haciendo las cosas bien. Si no administramos bien nuestra economía privada y la colectiva, no vamos a poder administrar las manifestaciones espirituales. Si no hemos sido fieles con las riquezas de este mundo, ¿cómo vamos a poder ser fieles con las verdaderas riquezas?, como está escrito en Lucas 16:10-12: “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho. Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas? y si no habéis sido fieles en el uso de lo ajeno, ¿quién os dará lo que es vuestro?”

Este texto nos enseña que no vamos a poder recibir los dones del Espíritu si no somos fieles en la economía. Un líder que se aprovecha de la obra del Todo Poderoso para su propia ganancia es objeto de la ira del Mesías, como está escrito en Juan 2:13-16: “La Pascua de los judíos estaba cerca, y Yeshúa (Jesús) subió a Yerushalayim, y encontró  en el templo  a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio.”

 

La ira del Mesías no fue contra  personas sinceras que querían ofrecer al pueblo la posibilidad de comprar su animal para el sacrificio que no había podido traer de lejos, o cambiar sus monedas. Su ira, que venía del Padre, fue por otras cosas, principalmente tres:

 

• En lugar de quedarse fuera por respeto al santuario parece que habían entrado en el área del templo.

• En  lugar  de  ofrecer precios  normales los  subían y así abusaban de los adoradores que venían para ofrendar al eterno.

• En lugar  de  servir  al pueblo con  amor  se  aprovechaban para enriquecerse económicamente de la obra del Todo Poderoso.

 

El último punto es la razón de mayor ira del Mesías. ¡Ay de aquellos líderes que ven la obra del Todo Poderoso como un medio de ganancia económica personal!, como está escrito en Hechos 8:20: “entonces kefa le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Eloha con dinero.”

 

¡Ay de aquellos líderes que sacan el dinero de un pueblo necesitado, para vivir bien a costa de los demás!, como está escrito en 1 Timoteo 6:5b: “hombres de mente depravada, que están privados de la verdad, que suponen que la piedad es un medio de ganancia.”

 

1 Pedro 5:1-2: “Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos del Mesías, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoread el rebaño de Eloha entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Eloha; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo.”

 

Es cierto que el que predica las buenas nuevas debe vivir de ello, como está escrito en 1 Corintios 9:14: “Así también ordenó el Señor que los que proclaman las buenas nuevas, vivan de las buenas nuevas.”

 

Pero no es lo mismo vivir para tener lo necesario que enriquecerse a costa de los demás. Un líder que se dedica a dirigir y enseñar, debe recibir un salario por ello, como está escrito en 1 Timoteo 5:17: “Los ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor, principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza.”

 

La expresión “doble honor” se refiere al honor por ser líder, o anciano, y el honor por recibir remuneración económica por su labor, conferenciar. Hebreos 5:4; romanos 13:7; mateo 15:4-6; 1 Timoteo 5:3-4.

¿Cuánto dinero debe recibir un anciano que se dedica a la obra del Todo Poderoso a tiempo completo? una buena regla es que tenga un salario medio, para que no tenga escasez ni sea enriquecido a costa de la obra del Todo Poderoso.

Si una comunidad no honra a su líder más que a las cosas materiales, no va a prosperar. Con otras palabras, si una congregación está más interesada en pagar un local de reuniones que mantener a su líder está poniendo su propia comodidad ante la necesidad del líder y esto no es agradable para el Todo Poderoso.

Había una vez un rabino que era muy flaco y pálido. Tenía un caballo muy hermoso y bien cuidado. Una vez vino una señora anciana y le preguntó: “¿cómo es que usted tiene un aspecto tan miserable cuando su caballo está tan bien?” el rabí contestó: “el caballo lo cuido yo”. Con otras palabras, a mí me cuida la comunidad, pero el caballo lo cuido yo.

Si una congregación ama al Todo Poderoso, y por lo tanto ama la Torá, está valorando el trabajo del que enseña y predica de manera que lo pone como la máxima prioridad en la comunidad. Es más importante darle un sueldo digno al que se dedica a enseñar la Torá que pintar el local de reuniones. Si hay que elegir entre una cosa y otra, el bienestar del líder va primero.

También cuando la gente de la comunidad, se preocupa más por su propia comodidad y  sustento personal, y menosprecia el sustento de su maestro de Torá (pentateuco); está menospreciando la calidad de la enseñanza de las escrituras que le está proporcionado el Eterno; entonces no merece a ese maestro de Torá, más bien merece una enseñanza inferior a ese nivel tan bonito y elevado que le proporcionaba el Todo Poderoso a través de ese sabio. Es como si menospreciara al Creador mismo y lo valorara menos que a sus propios deseos de cosas materiales, comodidad y sustento. Pues el señor y la Torá   (Escrituras son una misma cosa)

 

38:24 “el total del oro empleado para la obra, en toda la obra del santuario, es decir, el oro de la ofrenda mecida, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, según el siclo del santuario.”

 

Cuando se hace una ofrenda voluntaria del público, siempre debe ser contada y registrada, por escrito, por un mínimo de dos personas de suma confianza en la comunidad. Todo el dinero recogido debe ser apuntado en un libro de cuentas, conferenciar. Filipenses 4:15. Cada ingreso registrado en el libro de cuentas debe tener un recibo adicional firmado por dos personas, que justifique la cantidad registrada en el libro. En el libro de cuentas también debe haber un registro de todos los gastos de la congregación. Para cada gasto tiene que haber un justificante sellado y/o firmado por la persona o la empresa que ha recibido el dinero. Si es una compra se añade la factura de compras. El libro de cuentas tiene que ser accesible a todos los miembros de la comunidad. En la administración económica tiene que haber una total transparencia, para que no se levanten sospechas de malversación de fondos y de abuso de los bienes comunes. Si la congregación posee una cuenta bancaria, la cuenta no puede estar en nombre de un individuo. Si la congregación ha sido registrada como persona jurídica puede abrir cuenta como tal, pero en el caso de que no es una persona jurídica, debe haber tres firmantes de la cuenta bancaria de la congregación, aunque esté en nombre uno de los tres. La cuenta no debe estar en nombre del que recibe salario de la congregación por su trabajo.

Si un anciano o líder recibe un sueldo por su trabajo en la comunidad no debe administrar las cuentas de la comunidad. Ni siquiera el Mesías tenía la responsabilidad de la economía de su ministerio, sino tenía un shaliaj designado específicamente para este fin. Las cuentas pueden ser administradas por una sola persona, pero siempre debe tener dos revisores que revisen las cuentas periódicamente. Si la organización es grande, debe solicitar ayuda de revisores que no son miembros de la congregación, preferentemente una empresa profesional de prestigio en la sociedad que se dedica a estas cosas. Si las cuentas son claras, los líderes no corren el riesgo de ser acusados por el pueblo y perder la confianza.

Una de las cosas más tristes es cuando un líder pierde la confianza del pueblo. Para evitar sospechas es importante ser cuidadoso en el área de la economía y en el área de la relación con el sexo opuesto.

 

38:25-26 “y la plata de los que fueron contados de la congregación, fue cien talentos y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario; una beka por cabeza, o sea medio siclo, según el siclo del santuario, por cada uno de los que fueron contados de veinte años arriba, por cada uno de los seiscientos tres mil quinientos cincuenta.”

 

La mitad de 603.550 son 301.775. Así que hubo en total 301.775 siclos de plata. Cada talento contiene 3000 siclos. Los 100 talentos corresponden a 300.000 siclos. Sobran 1.775 siclos. El talento normal equivale a 60 mané. El mané equivale a 25 siclos. Según Rashí, el mané utilizado para el santuario era el doble que el mané normal. Así que el talento, en hebreo “kikar”, del cual se habla aquí, corresponde a 120 mané. 25 siclos x 120 mané = 3000 siclos.

 

“una beka por cabeza” – En hebreo dice “beka la-gulgolet”. La palabra cabeza es “gulgolet”  que significa “cráneo”, “calavera”. De allí viene la palabra “gulgolta” el lugar donde murió el Mesías, como está escrito en Mateo 27:33: “Cuando llegaron a un lugar llamado Gulgolta, que significa Lugar de la Calavera”

 

Aquí habla de que hay una beka conectada con el lugar de la muerte del Mesías. La beka es precio de rescate por cada uno de los hijos de Israel que fueron contados. La palabra hebrea “beka” viene de la raíz “baká” que significa “rajar”, “romper”,  “cortar”,  “invadir”; “incubar”. En este texto hay palabras claves que hablan de la muerte del Mesías en gulgolta como base para la redención de los hijos de Israel. Hay sólo dos lugares en toda la escritura donde aparece la palabra “beka”, aquí y en Génesis 24:22, conferenciar el comentario de ese versículo en la parashá 5 – Jayei Sará.

 

38:29 “y el bronce de la ofrenda mecida fue setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos.”

 

Si el siclo pesa 17 gramos llegamos a la siguiente conclusión:

Oro 29 talentos y 730 siclos = 87.730 siclos.  87.730 x 17 gramos = 1.491 kilogramos.

Plata   100 talentos y 1775 siclos = 301.775 siclos. 301.775 x 17 gr. = 5.130 kilogramos.

Cobre  70 talentos y 2400 siclos = 212.400 siclos.   212.400 x 17 gr. = 3.610 kilogramos.

Total   10.231 kilogramos.

 

La plata es el material más pesado del tabernáculo. La plata representa la redención y la misericordia. Es interesante destacar que el cobre, o bronce, tenía menos peso que la plata. El cobre representa el juicio y la justicia. Esto nos enseña que la misericordia  del Todo Poderoso  supera su juicio, como está escrito en:

Romanos 5:20: “Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia”

Salmo 103:10: “No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades”

Tito 3:5: “Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu de santidad”

 

Estos dos materiales, la plata y el cobre, son el fundamento del tabernáculo. En la tienda de reunión hay 100 basas de plata que hablan de la misericordia del Todo Poderoso y en las 60 basas de los pilares del atrio hay cobre que hablan de la justicia del Todo Poderoso. Las cuatro columnas que sostenían el velo entre el lugar santo y el santísimo fueron cubiertas de oro y sus basas eran de plata. Las cinco columnas que estaban en la entrada del tabernáculo, que sujetaban la pantalla que dividía entre el atrio y el lugar santo estaban cubiertas de oro y sus basas eran de cobre. El fundamento del atrio era de cobre. El fundamento del lugar santo era de cobre y plata y el fundamento del lugar santísimo era de plata. En los pilares del atrio que estaban hechos de cobre, también había elementos de plata. Esto nos habla de que el Todo Poderoso muestra su misericordia en medio del juicio.

 

39:1  “Además, de la lana azul, lana púrpura y lana carmesí hicieron vestiduras finamente tejidas para ministrar en el lugar santo, y también hicieron las vestiduras sagradas para Aharón, tal como YHWY había mandado a Moshé.”

 

En la primera parte del versículo se mencionan tres tipos de lana, azul, púrpura y carmesí, pero no se menciona el lino. La conclusión que hace Rashí de esto es que allí no se habla de las vestiduras sacerdotales, que contenían lino, sino de las vestiduras con las que se recubrían los utensilios del santuario a la hora de emprender los viajes, conferenciar. Números 4:8, 12, 13.

“Tal como YHWY había mandado a Moshé” – esta expresión aparece 18 veces en esta parashá. ¡Qué importante es hacer las cosas conforme a las palabras que han sido habladas desde el cielo por medio de Moshé!

 

Shemot / Éxodo
23 Parasha  Pekudei

1° Aliyá

"Éxodo 38:21–39:1"
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