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PARASHÁ 25

 

TSAV Levítico 6:8 (6:1) – 8:35

Tsav Significa “encomienda”.

 

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Primera Aliyá, 6:8-18

 

6:9    “ordena a Aharón y a sus hijos, diciendo: “esta es la ley de la ofrenda de ascensión: es la ofrenda de ascensión (que permanecerá) sobre la hoguera en el altar, toda la noche hasta la mañana, y el fuego del altar arderá en él.”

 

La palabra hebrea que ha sido traducida como “ley” es “Torá”, que significa “instrucción”.  En este caso vemos que la palabra Torá está limitada a una instrucción específica acerca de la ofrenda de ascensión, también llamada “holocausto”, (del latín “todo  quemado”). En esta sección hay instrucciones específicas para Aharón y sus hijos, los sacerdotes. Las instrucciones que se dieron en la parashá anterior, sobre las diferentes ofrendas, son para el pueblo en general, pero en esta parashá hay instrucciones específicas y complementarias para los sacerdotes en cuanto a los mismos sacrificios que han sido mencionados anteriormente.

Cuando viene la revelación divina a nuestras vidas, no viene toda de una vez. Primero se da una imagen general, y luego el Espíritu vuelve a dar más detalles sobre las cosas que ya han sido descritas de forma general. La Torá ha sido escrita para armonizar con la mente humana. La mente no está trabajando de forma lineal, sino circular. Es decir, cuando un tema se da, no sigue un esquema lineal, sino avanza de forma circular, o más bien como un espiral. Avanza un poco con un tema para luego volver al mismo tema y dar más detalles. Después avanza con otro tema relacionado con el primero, y luego vuelve a dar más detalles sobre alguno de los temas anteriores.

 

En este caso ya en el capítulo 1 de Vayikrá se ha dado una instrucción general sobre la ofrenda de ascensión y ahora este tema es destacado otra vez en esta parashá para dar detalles complementarios  sobre  esa ofrenda.  Lo  mismo sucede con las demás ofrendas.

Había varios fuegos sobre el altar. Los rabinos no están de acuerdo en cuanto a la cantidad de fuegos que había en el altar. Se habla de dos a cuatro fogatas diferentes. Una de ellas se mantenía encendida todo el tiempo, como está escrito en este versículo y en los versículos 12, 13: “El fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote  quemará  leña en él todas las mañanas,  y pondrá sobre él la ofrenda de ascensión, y quemará sobre él la grasa de las ofrendas de paz. El fuego se mantendrá encendido continuamente en el altar; no se apagará.”

 

La Torá repite tres veces la importancia de no dejar que el fuego se apague sobre el altar. Un fuego necesita tres ingredientes para poder existir: combustible, oxígeno y algo que lo inicie, tal como una chispa u algo parecido. Si no, el fuego no arde. El fuego que estaba en el altar del tabernáculo había caído desde el cielo. Los sacerdotes estaban encargados de mantenerlo vivo. Sólo hacía falta añadir la leña, el combustible.

 

Nosotros tenemos nuestro altar personal interior. Cada mañana hay que poner más leña sobre el fuego. ¿Qué es leña?

La leña es el producto de la vida y la muerte de un árbol.

Está escrito que la Torá es un árbol de vida. Proverbios 3:18 “Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,  Y bienaventurados son los que la retienen.”

 

También Mashiaj se compara a sí mismo con un árbol.

Lucas 23:31 “Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?”

Juan 15:1 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.  15:2  Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.”

 

El combustible que alimenta el fuego en nuestro corazón es la Torá (Pentateuco, pero en contexto se refiere a toda las escrituras) y el Mesías (El cristo). La vida y la muerte del Mesías ha provisto suficiente leña. Cada mañana hay que poner más leña en el corazón para arder continuamente delante de Hashem (El nombre, por respeto de no pronunciar el nombre sagrado).

La leña es añadida en la oración y el estudio de las escrituras que cada creyente hace todas las mañanas y en todo tiempo. Es una tarea diaria.

La palabra hebrea para viento es “ruaj”. Ruaj también se traduce como “Espíritu”. El oxígeno para el fuego celestial es el Espíritu del Todo Poderoso. Si falta el Espíritu en la oración y la lectura, el fuego se va a apagar.

El calor podría simbolizar el amor y la intensidad de nuestra entrega, en hebreo “kavaná”.

 

2 Timoteo 1:6: “Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Eloha que hay en ti por la imposición de mis manos.”

 

En este caso se trata del fuego del don de ser anunciador de las buenas nuevas (en griego “evangelista”).

 

6:15  “entonces uno tomará de ella un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, con su aceite y todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal, y la quemará sobre el altar; es aroma agradable, su ofrenda memorial para YHWH.”

 

Aquí se habla de todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal. Según Rashí, esto nos enseña que todas las oblaciones tenían incienso, no solamente la primera, que está mencionada en la parashá anterior, conferenciar. Levítico 2:1-2.

 

6:17  “no se cocerá con levadura. Se la he dado como parte de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.”

 

Hay dos diferentes tipos de ofrenda en cuanto al nivel de santidad. Hay ofrendas santísimas, en hebreo “kodshei kadasim”, y ofrendas menos sagradas, en hebreo “kadasim kalim”.

 

Las ofrendas más sagradas son las siguientes:

 

•     Olá – ofrenda de ascensión

•      Jatat – ofrenda de pecado

•     Asham  – ofrenda de culpa

•     Shelamim tsibur  – ofrenda de paz  de la comunidad

•     Minjá – oblación

 

Las ofrendas menos sagradas son las siguientes:

 

•     Shelamim yajid – ofrenda de paz  de un individuo

•     Todá  – ofrenda de agradecimiento

•     Bejor – un animal primogénito macho

•     Maaser behemá – el diezmo  de los animales

•     Pesaj – el sacrificio  de pascua

 

Aquellos sacrificios de alto nivel de santidad que se pueden comer, sólo pueden ser ingeridos por los sacerdotes varones en el área del atrio del tabernáculo o templo. Esos animales tenían que ser sacrificados en el lado norte del altar. Los  sacrificios  menos sagrados que  se pueden  comer, podían ser comidos en el atrio del templo o dentro de las murallas de yerushalayim por los sacerdotes y sus familias. Esos animales podían ser sacrificados en cualquier lugar dentro del atrio.

El resto de la ofrenda de paz individual y el sacrificio de Pesaj podían ser comidos dentro de las murallas de la ciudad santa por todos los israelitas, hombres, mujeres y niños, que estaban ritualmente puros. La mayoría de los corderos de Pesaj fueron sacrificados fuera del templo, pero siempre dentro de las murallas de la ciudad del Todo Poderoso.

 

6:18 “Todo varón entre los hijos de Aharón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas  vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Todo Poderoso. Todo lo que las toque quedará consagrado.” 

 

Incluso el varón hijo de Aharón con defecto en su cuerpo, que no podía oficiar como sacerdote, podía comer de este sacrificio de alto nivel de santidad, conferenciar. 21:21-22.

Aquí vemos como la Torá marca la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto al servicio delante de Todo Poderoso en este mundo. El varón tiene mayor responsabilidad para dirigir el culto en la congregación y en el hogar hasta que venga el Mesías de nuevo y nos transforme.. Por otro lado no hay diferencia entre los sexos en el servicio celestial según el orden de Malki-Tsedek, como está escrito en Gálatas 3:28: “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre y mujer; porque todos sois uno en el Mesías Yeshúa.”

 

Vayikrá/ Levítico
25 Parasha  Tsav

1° Aliyá

"Levítico 1:6 – 6:7"
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