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Parashá 31

Emor Significa “Habla”.

Levítico 21:1-24:23

 

PRIMERA Aliyá, 21:1-15

 

21:1 “YHWH dijo a Moshé: Habla a los sacerdotes, los hijos de Aharón, y diles: “ninguno se contamine con persona (fallecida) entre su pueblo”

 

Después de haber hablado a todo el pueblo, ahora Moshé recibe la orden de hablar sólo con los sacerdotes. El pueblo en general necesita vivir en santidad,  pero los sacerdotes  tienen la responsabilidad de vivir en un nivel de santidad superior al pueblo, porque tienen el derecho de estar más cerca de YHWH en el servicio del santuario. Como los mandamientos traen santidad, los sacerdotes tienen más mandamientos que el pueblo. Para que los sacerdotes puedan mantenerse en su estado de santidad, no puede tocar un cuerpo muerto. La palabra hebrea que ha sido traducida como “persona” es “nefesh” que significa “alma” (la parte más baja del alma). En este caso la Torá llama un cadáver humano “alma”.

 

21:2  “Salvo por su pariente más cercano (su esposa), su madre, su padre, su hijo, su hija o su hermano”

 

El sacerdote  común  sólo puede contaminarse por la muerte de siete tipos de familiares: esposa, madre, padre, hermano, hermana soltera, hijo e hija. Por estos debe guardar luto e interrumpir su servicio en el templo el día de su entierro. Esta ley tiene una excepción llamada “met mitsvá”. Un “met mitsvá” es un cadáver que es encontrado en un lugar desértico o uno que ha muerto que no tiene parientes que se ocupen de su funeral. Cuando no hay otra persona que pueda realizar el entierro, el kohén debe hacerlo aunque se contamine. No obstante, no pierde su ministerio sacerdotal por eso.

Teniendo en cuenta estas normas es más fácil entender las reacciones del sacerdote y el levita en la parábola del buen samaritano, conferenciar. Lucas 10:30-35. Ellos quizás no sabían si el hombre herido estaba vivo o muerto. Si el hombre estuviera muerto tenían que evitar el contacto con su cadáver para no contaminarse y perder su ministerio, según la Torá. Y como era un camino transitado no podía ser considerado un lugar desértico. Por esta razón no tendrían la responsabilidad de enterrarlo según la ley del “met mitsvá”.

Ahora, en el caso de que el hombre estuviera vivo, habría que ayudarle para salvarle. Parece que el sacerdote y el levita no estaban interesados en saber si el herido estaba vivo o muerto y eso ya fue una falta grave. Y en el caso de que supieran que el hombre estaba vivo, cometieron un delito grave por no ayudarle, según el mandamiento que vimos en Levítico 19:16b: “No te quedarás quieto ante la sangre de tu prójimo.”

 

21:3 “o por su hermana virgen, que está cerca de él, por no haber tenido marido; por ella puede contaminarse”

 

Cuando la hermana se haya casado, el sacerdote ya no tiene el derecho de tocar su cadáver o asistir a su entierro. El mandamiento de mantenerse alejado de todo otro cadáver se sigue guardando hoy en día entre los varones descendientes de los sacerdotes en el pueblo judío. Un varón kohén no puede tocar un cadáver o permanecer bajo un mismo techo con uno de ellos. Este mandamiento no aplica a las mujeres hijas de los sacerdotes.

 

Uno de los talmides (discípulos) del Rebe (Maestro) Yeshúa (Jesús), Yojanán (Juan), era conocido del sumo sacerdote, como está escrito en Juan 18:15: “Y Shimón Kefa seguía a Yeshúa, y también  otro discípulo. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Yeshúa al patio del sumo sacerdote”

 

Parece que este Yojanán era de una familia sacerdotal. Y esta sería la razón por la que no quiso entrar en el sepulcro de Yeshúa y contaminarse, como está escrito en Juan 20:4-5: “Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Kefa, y llegó primero al sepulcro; e inclinándose para mirar adentro, ve las envolturas de lino puestas allí, pero no entró.”

 

21:4  “no se contaminará como pariente por matrimonio entre su pueblo, pues se profanaría.”

 

Según Rashí, esto significa que un sacerdote no puede contaminarse por el cadáver de una esposa no apta para él, mientras que ella esté “entre su pueblo”, es decir, si ella tiene conocidos que puedan enterrarla, porque él profanaría su status de kohén. En el caso de que ella no estuviera “entre su pueblo”, sería un “met mitsvá”, y en tal caso el sacerdote no perdería su sacerdocio a la hora de sepultarla. Los hijos de una unión entre un sacerdote y una mujer no permitida para él no tienen el status sacerdotal y no podrán comer de las cosas consagradas.

 

21:6 “Serán santos a su Elohim y no profanarán el nombre de su Elohim, porque presentarán las ofrendas encendidas a YHWH, el pan de su Elohim; por tanto, serán santos.”

 

Elohim no necesita los sacrificios para alimentarse. ¿Entonces qué tipo de alimento puede constituir los sacrificios? Alimentan la relación entre YHWH y su pueblo.

 

21:7 “no tomarán mujer ilícita o profanada, ni tomarán mujer divorciada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Elohim.”

 

Las mujeres prohibidas para los sacerdotes son las siguientes:

• Zoná – una mujer que ha tenido  relaciones sexuales prohibidas.

• Jalalá  – la hija de  un kohén  que  ha nacido de  una  unión ilícita, por ejemplo de un matrimonio entre un sacerdote y una zoná o guerushá.

•  Guerushá – una mujer divorciada.

• Guioret  – una mujer gentil convertida al judaísmo, v.14.

 

El beit din tiene la autoridad para disolver un matrimonio entre un kohén y una mujer ilícita para él.

 

21:8  “Lo consagrarás, pues, porque él ofrece el alimento de tu Elohim; será santo para ti; porque yo, YHWH que os santifico, soy santo.”

 

Aquí está escrito que el kohén es santo para nosotros. Esto implica que debemos hacer que el kohén sea distinguido  en nuestras congregaciones.

 

21:9  “y la hija de un sacerdote, si se profana por medio de relaciones ilícitas, a su padre profana; en el fuego será quemada.”

 

La hija de un sacerdote que tiene relaciones ilícitas merece ser quemada. Según Rashí, todos los rabinos concuerdan  en que aquí no se trata de una mujer soltera, sino de una que ha pasado, por lo menos, por el primer paso matrimonial, erusín, en el cual queda prohibida para otros hombres. Su adulterio es castigado por medio del fuego, mientras que los demás israelitas, si cometen el mismo delito, son ejecutados mediante la lapidación, apedreamiento.

Esto nos puede dar una pista para entender el porqué Yehudá dictó sentencia contra Tamar para que fuera quemada, conferenciar. Génesis 38:24. Ella no era soltera, sino reservada para su cuñado, por medio de la ley del levirato, conferenciar. Génesis 38:8; Deuteronomio 25:5ss, y fue sentenciada como una hija adúltera de un sacerdote. De esto se saca la conclusión de que Tamar era hija de un sacerdote. El Midrash dice que Tamar fue hija de Shem, que era sacerdote en Shalem, con el título de MalkiTsedek, conferenciar. Génesis 14:18.

 

21:10 “y el que sea sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción y que haya sido consagrado para llevar las vestiduras, no dejará crecer su cabello ni rasgará sus vestiduras”

 

Un sumo sacerdote no puede dejar crecer su cabello durante más de 30 días, para que no sea semejante a uno que deja crecer su cabello estando de duelo.

Según el Midrash,  el sacerdote tiene que reunir cinco cualidades para poder servir como gran sacerdote:

•       Sabiduría.

•     Belleza física.

•     Fuerza  física.

•       Riqueza.

•     Ancianidad.

 

21:11 “ni se acercará a ninguna alma muerta, ni aun por su padre o por su madre se contaminará”

 

Como el texto dice que no puede acercarse, o “entrar”, a un cadáver, se entiende que no puede estar bajo el mismo techo.

 

21:12 “no saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Elohim, porque la consagración del aceite de la unción de su Elohim está sobre él; yo soy YHWH.”

 

Esto no significa que nunca pueda salir del santuario, sino que no puede salir de allí para acompañar a un difunto aunque sea padre o madre. Sin embargo, un sumo sacerdote tiene el deber de enterrar a un “met mitsvá”.

Este texto nos enseña que si un sacerdote común sirve en el santuario en estado de luto lo profana, pero el sumo sacerdote no.

 

21:13 “Tomará por mujer a una virgen.”

 

Yeshúa HaMashíaj es el Kohen Hagadól  (Jesús el mesías es el sumo sacerdote) celestial y, por eso, no puede tener una novia que no sea virgen, como está escrito en Revelación 14:1-5: “Miré, y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Tsión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el nombre de su Padre escrito en la frente. Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como el sonido de arpistas tocando sus arpas. Y cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Elohim y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha”

 

21:15 “para que no profane a su descendencia entre su pueblo; porque yo soy YHWH que lo santifico.”

 

Los hijos de un sacerdote que nacen de una unión ilícita son profanos para el sacerdocio.

 

 

Vayikrá/ Levítico
31 Parasha  Emor

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"Levítico 21:1 – 24:23"
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