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Parashat Miketz 10

Por. Rav Iehuda Levi

Comentario Generales de la Parashá

 

Cuando Iosef escuchó los sueños del Faraón, él entendió que vendrían siete años de abundancia y posteriormente, siete de hambre. Viendo esto desde una perspectiva amplia, vemos que los años de hambre - que no fueron sólo en Egipto sino también en la tierra de Israel - fueron los que provocaron que los sueños de Iosef se cumplan. Él sería dirigente por sobre sus hermanos, después de que ellos descendieran a Egipto para buscar alimentos para sus familias.

En nuestra Sagrada Torá (Pentateuco de la Biblia) nada está escrito porque sí. Se nos quiere enseñar algo.

 

Entre otras cosas, de esta parashá podemos aprender cómo se debe relacionar el individuo respecto a su pueblo. Autores de todas las generaciones han intentado explicar que el pueblo judío - respecto de sus componentes - se asemeja a un bote, donde ningún pasajero puede decir: "Yo sólo quiero hacer un agujero en mi parte, yo no perjudico a nadie".

Pero el principio de responsabilidad colectiva no es aplicable solamente respecto del cumplimiento de las mitzvot (preceptos) de la Torá. Este pilar, que es de toda la humanidad también, se debe aplicar en todas las áreas. Debemos aprender a sentir el sufrimiento ajeno como si fuera el propio y esto lo aprendemos de nuestra parashá.

 

"Y a Iosef le nacieron dos hijos, antes de que sobreviniera el año de hambre, que dio a luz para él Asenat hija de Potifera, sacerdote de On"(41:50).

 

¿Qué es lo que la Torá nos viene a enseñar a través de este dato?

Nuestros Sabios del Talmud supieron la respuesta:

"Dijo Resh Lakish: Le está prohibido a la persona mantener relaciones maritales durante los años de hambre (ya que él debe comportarse como si él estuviera sufriendo), como está escrito: "Y a Iosef le nacieron dos hijos - antes de que sobreviniera el año de hambre·". Quienes aún no hayan engendrado hijos no deben abstenerse. En tiempos de sufrimiento para el pueblo de Israel, si alguien se aparta de la comunidad, vienen dos ángeles que lo acompañan a él y colocan las manos de ellos sobre él y dicen: 'Este hombre que se ha apartado de la comunidad no verá el consuelo de la comunidad'. En tiempos de sufrimiento para el pueblo de Israel que no diga el hombre: 'Iré a mi casa, comeré y beberé, y paz habrá para mí'·" (Taanit 11a).

 

El detalle - aparentemente innecesario - de que Iosef tuvo sus hijos antes de que empiecen los años de hambre, nos viene a enseñar que Iosef, a pesar de que no sufría el hambre y el sufrimiento que sufría el resto de la población - por ser el virrey de Egipto - de todas maneras se comportaba y se sentía como si estuviera en la misma situación que ellos. Él no se identificaba con el dolor de ellos solamente en el campo de lo conceptual, sino que su solidaria conducta era una realidad en su vida. José era indudablemente un gran hombre, digno de ser tipo “Mesías” Salvador de su pueblo. Como hacen falta Gobernantes, políticos, líderes, pastores, rabinos y padres que se parezcan a José.

 

El judío y el creyente tienen un deber en este planeta: "corregir al mundo a través del reino de Dios" (Alenu Leshabéaj) y esa tarea sólo puede ser cumplida si parte de un sentimiento de igualdad bien entendido. Ese sentimiento que Iosef hatzadik (José el justo) nos enseñó.

Pero esta importante enseñanza no sólo aparece registrada por primera vez en el Talmud (basado en el versículo). El Maharam (Morenu Harab Rabí Meir, 1215 - 1293) de Rotemburg en su libro "Taamé Masóret Hamikrá" nos dice que esto también está registrado en la Torá.

Él explica que la Masóret (la tradición) señala que hay sólo dos pesukim (versículos) que contienen la palabra Uliosef (y a Iosef) en todo el Tanaj (Biblia). La primera, es nuestro pasuk: "Y a Iosef le nacieron dos hijos - antes de que sobreviniera el año de hambre·" (Bereshit -Génesis- 41:50) y la segunda vez es cuando Moshé, antes de morir, bendice a la tribu de Iosef: "Y a Iosef le dijo: Bendecida por Dios es su tierra·" (Devarim -Deuteronomio- 33:13). Además, en estas únicas dos ocasiones esta palabra aparece al comienzo del versículo.

Él recuerda las palabras del Talmud: "En tiempos de sufrimiento para el pueblo de Israel, y los creyentes en el mundo, si alguien se aparta de la comunidad cuando ellos sufren, vienen dos ángeles que lo acompañan a él y colocan las manos de ellos sobre él y dicen: 'Este hombre que se ha apartado de la comunidad no verá el consuelo de la comunidad” , a lo que agrega el Maharam, que esta misma idea está realmente insinuada en la Masóret: por cuanto que Iosef se comportaba de esta manera en los años de hambre es que tuvo el mérito de que su tierra fuera bendecida.

Comentarios Generales 1

Génesis  41:1 - 44:17
Bereshit / Génesis
10 °Parasha/ Miketz
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