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7° Aliyá

9 °Parasha / Vayéshev
Génesis 37:1 - 40:23
Bereshit / Génesis

Parashá 10 Miketz Génesis 41:1-44:17

Miketz  Significa “Al final”, “Al Cabo”.

 

Séptima aliyá, 43:30 – 44:17

Yosef sale rápido porque se siente muy conmovido por su hermano y se aparta a su habitación y llora. Después lava su cara y sale a comer con ellos. Yosef come aparte, los hermanos también y también los mitsries porque los mitsries consideran una abominación comer con los hebreos. Los hermanos son puestos en orden de nacimiento y se miran con asombro. Yosef les envía porciones de su propia mesa, pero Binyamín recibe cinco veces más que los demás. Be- ben hasta emborracharse.

Yosef ordena que  los  costales  sean llenados y que  su dinero también sea puesto allí, y también que su copa sea puesto en el costal de Binyamín. Los hombres son despedidos muy temprano. Pero cuando han salido de la ciudad Yosef manda a su mayordomo a perseguirlos y a preguntar por qué han pagado mal por bien al robar la copa de su señor. Ellos dicen que no es así y que incluso habían traído el dinero que les había sido devuelto. El que tenga la copa morirá y los demás serán esclavos. El mayordomo dice que el que tenga la copa será esclavo y el resto se quedará libre. Al revisar los costales desde el mayor hasta el menor, encuentra la copa en el costal de Binyamín. Entonces rasgan sus vestidos y vuelven a la ciudad. Yehudá se presenta con sus hermanos en la casa de Yosef donde todavía está y se postran en la tierra ante él. Yosef les pregunta qué es lo que han hecho y si no saben que él puede adivinar. Yehudá dice que no pueden contestar nada y que Eloha ha descubierto su iniquidad. Se ofrecen como esclavos, pero Yosef contesta y dice que sólo el que tenía la copa tiene que quedarse como esclavo y el resto subir en paz a su padre.

 

Séptima aliyá, 43:30 – 44:17

43:30    “y Yosef se apresuró a salir, pues se sintió profundamente conmovido  a causa de su hermano y buscó donde llorar; y entró en su aposento y lloró allí.”

 

Mashiaj ben Yosef (Mesías hijo de José) tiene una compasión especial por sus hermanos en la carne, aunque le han tratado tan mal. Yosef se apartó por un tiempo y lloró por su amor por ellos antes de darse a conocer. El aposento alude al lugar santísimo en el tabernáculo celestial, donde el Mesías está ministrando ahora, llorando e intercediendo por los hijos de Israel, como está escrito en Romanos 8:34: “¿Quién es el que condena? el Mesías Yeshúa (Jesús) es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Eloha, el que también intercede por nosotros.”

 

En hebreos 9:24 está escrito: “Porque el Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Eloha por nosotros.”

 

43:34 “él les llevó porciones de su propia mesa, pero la porción de Binyamín era cinco veces mayor que la de cualquiera de ellos. Bebieron, pues, y se embriagaron con él.”

(Reina Valera)  “Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; más la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él.”

 

La  Torá  no ha ocultado el hecho de que se embriagaron. (Lamentable muchas traducciones cristianas sí lo han hecho al no traducir este versículo como está escrito según el hebreo.) ¿Por qué se emborracharon si la borrachera no está permitida según las escrituras? ¿y por qué la Torá no ocultó este hecho vergonzoso de los doce hijos de Israel? la respuesta es porque hay una proyección profética para lo que va a ocurrir con la reunión de las doce tribus de Israel en los últimos tiempos bajo la dirección del Mesías Yeshúa (Jesús). En ese momento habrá un derramamiento del Espíritu de Hashem (Literalmente El Nombre) que será semejante a una borrachera, semejante al que se ve en

Hechos 2:4, 15-16: “todos fueron llenos del espíritu de santidad y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el espíritu les daba habilidad para expresarse... éstos no están borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera del día; sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel...”

 

En el Salmo 126:1-6: “Cántico de ascenso gradual. Cuando el eterno hizo volver a los cautivos de Tsión, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Eterno con ellos. Grandes cosas ha hecho el Eterno con nosotros; estamos alegres. Haz volver, Eterno, a nuestros cautivos, como las corrientes en el sur. Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas.”

 

En este salmo vemos varias cosas que concuerdan con el texto que estamos estudiando. El eterno va a hacer que las doce tribus se reúnan de nuevo. Entonces se producirá una euforia como en un sueño, con risas y gritos de alegría y júbilo, como una borrachera. Esta vuelta se compara con la alegría por la cosecha al traer sus gavillas. Esto conecta el evento de la reunificación de las doce tribus con una gran cosecha de almas en los últimos tiempos, como está escrito en

Mateo 13:39b: “la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.”

Y en Isaías 9:3: “Multiplicaste  la nación, aumentaste su alegría; se alegran en tu presencia como con la alegría de la cosecha, como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín.”

 

El almuerzo en la casa de Yosef también representa la cena que se dará en el reino junto con el Mesías y las doce tribus de Israel, como está escrito en Mateo 26:29: “y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”

 

En Lucas 22:28-30 está escrito: “Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas; y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”

 

Una de las misiones del Mesías Yeshúa (Jesús) es restaurar y reunir las doce tribus de Israel, como está escrito en Isaías 49:5- 6: “y ahora dice el eterno (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Yaakov vuelva a él y que Israel se reúna con él, porque honrado soy a los ojos del Eterno y mi Eloha ha sido mi fortaleza), dice el: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.”

 

Como la gran mayoría de los descendientes de las doce tribus están entre los gentiles, esta restauración y reunificación implica que los que de ellos son del Mesías entre los gentiles experimenten una fuerza increíble que los llevará a unirse con sus hermanos judíos para ser un solo pueblo.

Todo movimiento de carácter mesiánico (que se enfoca en el mesías) o los que tienden a apasionarse por su fe a través de las raíces hebreas, están el inicio de esta reunificación entre gentiles, donde están las tribus pérdidas, y judíos en el Mesías Yeshúa (Jesús). Cada vez más personas se integran en este movimiento de la redención final de Israel de las naciones y la reunificación de las doce tribus.

¿Sientes ya algo de esa pasión por las raíces y de esa borrachera?

 

 44:14 “Yehudá llegó con sus hermanos a casa de Yosef, él estaba aún allí, y ellos cayeron a tierra delante de él.

 

En este tiempo hay esfuerzos tanto de los judíos ortodoxos como de los judíos mesiánicos de ir a buscar “la casa de Yosef”, las diez tribus perdidas entre las naciones. El Todo Poderoso está impulsándonos a hacer esto porque se está acercando el momento cuando el hijo de Yosef se va a dar a conocer a sus hermanos.

Aquí vemos que los once hijos de Israel se inclinan otra vez ante Yosef. Por segunda vez se cumplió el sueño.

Este texto nos induce a pensar que los judíos reconocerán a Yeshúa (Jesús) en la casa de Yosef. La casa de Yosef son las diez tribus perdidas que están volviendo a casa en este tiempo, y principalmente de entre los cristianos.

Y como José estaba vestido y maquillado como egipcio, entendemos que este texto también nos enseña que muchos judíos se inclinarán ante un Mesías gentilizado, en un contexto extraño, que es el mundo cristiano. Desde el año 1967, cada vez más judíos se han hecho cristianos y “mesiánicos” (que en su mayoría son cristianos que tienen un tinte judío pero que mantienen la teología cristiana que no les permite tener el equilibrio correcto entre Gracia y ley (Tiferet) por lo que les es difícil ser fieles totalmente a la Torá y a las tradiciones judías por no tener las herramientas adecuadas para interpretar) y así han adaptado costumbres “mitsritas”  que no tienen nada que ver con la fe hebrea.

Han reconocido a “Jesucristo”  como su salvador en un ambiente cristiano, pero no le han visto todavía como un judío practicante de la Torá de Moshé y fiel a las tradiciones de su pueblo. ¡Ellos y todos tendrán una gran sorpresa cuando él se manifieste como el que realmente es!

 

44:16 “entonces dijo Yehudá: ¿Qué podemos decir a mi señor? ¿Qué podemos hablar y cómo nos justificaremos? Eloha ha descubierto la iniquidad de tus siervos; he aquí, somos esclavos de mi señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder fue encontrada la copa.”

 

La iniquidad de la cual Yehudá está hablando, no es el robo de la copa, puesto que eran inocentes, sino lo que habían hecho con su hermano Yosef. Yehudá, que es el padre de los judíos, es el que va en la brecha para presentarse ante Yosef y pedir misericordia. Este es el momento crucial de toda la historia de Yosef, cuando Yehudá muestra arrepentimiento por haber vendido a su hermano. Cuando la parte del pueblo judío que no le aceptó (un remanente sí, Romanos 11) reconozca su grave error de haber negado a Yeshúa , él se dará a conocer.

 

 

 

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