No digas: Con mi fuerza y mi poder.

 

El Todo poderoso ha hecho muchas promesas, algunos no tuvieron toda la fe para esperarlas pacientemente, Las escrituras nos muestra que todo el que quiso “ayudar” a Dios con métodos humanos, y no con los recursos espirituales tales como la fe y la oración, trajo muy malas consecuencias a sus propias vidas y a su descendencia.

 

• Sara cuando dio a su esclava Agar a su esposo Abraham para tener la descendencia prometida.

Se desesperó, pero si no hubiera hecho esto no hubiera nacido Ismael, no existieran Árabes, que tanto daño han hecho al pueblo judío. Tanto que se han propuesto borrar al pueblo santo del mapa.

 

• Rebeca y Jacob cuando engañaron juntos a Isaac. El Eterno hubiera quitado a Esaú de alguna otra forma, tal vez hubiera permitido que Esaú muriera o cualquier otra cosa, y ahora no hubieran ni griegos ni romanos, ni Amalekitas.

 

• Raquel cuando robó los Ídolos.  Dice la tradición para que no adivinaran, como era la costumbre de la época, la ruta por donde habían huido con su esposo Jacob. Si no hubiera hecho esto no habría muerto, producto las palabras que dio su propio esposo cuando Labán acusó a Jacob de haber robado los ídolos.

 

• Jacob cuando intentó aplacar la ira de Esaú con regalos. Esa batalla la abría de ganar en una lucha espiritual, como luego pasó con el ángel. (Tal vez no hubiera tenido que quedar cojo)

 

• Las hijas de Lot. Cuando  emborracharon al padre porque tal vez pensaron que se había acabado el mundo y ya no habrían hombres con los cuales tener descendencia. (No habría habido Moabitas)

 

Deuteronomio 8:17  y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.

 

Isaías 30:2  Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

 

Daniel 4:30  habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

 

Zacarías 4:6  Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

 

Isa 50:2  ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed.