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Yaakov sale de Beer-sheva y se desplaza hacia Jarán. En el camino llega a un lugar muy especial donde pasa la noche acostado sobre una piedra. Sueña con una escalera desde la tierra hasta el cielo. Los ángeles de Elohim suben y bajan por ella. El eterno se presenta y le dice que le va a dar la tierra donde está acostado a él y a su descendencia. Su descendencia será como el polvo de la tierra y se extenderá hacia las cuatro direcciones. En Yaakov y en su simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra. También promete acompañarle en su viaje. Después volverá. Yaakov despierta con temor reverente y por la mañana erige la piedra como monumento derramando aceite por encima. Llama el lugar Betel, casa de Elohim. Luego hace un voto diciendo que si logra volver sano y salvo a la casa de su padre el eterno será su Elohim, y esa piedra será convertida en una casa de Elohim y de todo lo que gane en el extranjero dará el diezmo.

 

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Primera aliyá, 28:10-22

28:10 “Y salió Yaakov de Beer-sheva,  y fue para Jarán.”

Esta salida de Yaakov representa las tres diásporas que sus hijos iban a vivir en el futuro. Una diáspora sufriría el reino del norte, la casa de Israel y dos diásporas sufrirían el reino del sur, la casa de Yehudá.

El primer destierro y el más grande es el de las diez tribus, que empezó en el año 722 a.e.c. (Antes de la era común) con la invasión de Asiria. Ese destierro nunca ha terminado en la historia de nuestro pueblo. Sin embargo los profetas hablan de la vuelta en los últimos tiempos de “la casa de Israel”, “la casa de Yosef” y “Efraím” que son los desterrados de las diez tribus.

cf. Ezequiel 37:15-28; Isaías 11:12; Jeremías 3:18; 16:14-16; 23:5-8; 30:3; 31:27-36; 33:7; 50:4-5; Oseas 1:11; 11:8-11; Zacarías 8:13, 23; 10:8-12.

La casa de Yehudá, el pueblo judío ha experimentado dos destierros. El de Babilonia duró 70 años, entre los años 606-537, si se cuenta desde la primera de las tres deportaciones hasta la primera vuelta del pueblo, o entre los años 586-516, si se cuenta desde la destrucción del primer templo hasta la restauración del culto.

El segundo destierro empezó en el año 70 e.c. (era común), si se cuenta desde la destrucción del segundo templo, y como todavía no se ha reiniciado el servicio en el tercer templo, este destierro no ha terminado.

Si se hace un cálculo desde la destrucción de Yerushalayim en el año 135 hasta su reconquista por el pueblo judío en el año 1967 hubo 1832 años de destierro. (Es bueno tener en cuenta que han habido judíos viviendo en la tierra de Israel durante toda la historia desde la conquista en los tiempos de Yehoshúa (Josué).)

 

Nuestro padre Yaakov estaría fuera de su tierra durante 20 años, los cuales corresponden  a 2000 años. ¿Implicaría esto que el tercer templo será reconstruido en el año 2070?

¿O hay que contar los 2000 años desde la profecía del Mesías, dice en:

Lucas 19:41-44 “cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: ¡si tú también hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Porque sobre ti vendrán días, cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes. Y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no conociste el tiempo de tu visitación.”

 

Esa profecía fue pronunciada, según cálculos, el 10 de nisán, que corresponde al 22 de abril del año 31 de la era común. ¿Será que la re dedicación del culto en el tercer templo será en el año 2031? el tiempo nos dará la respuesta.

 

28:11 “Y  se encontró  con el lugar y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó en aquel lugar.”

Los maestros han interpretado la palabra “va-yifgá”, “y se topó” como una referencia a la oración. En el sentido simple el texto dice que Yaakov se topó con ese lugar, pero como la palabra usada también implica hacer contacto directo e intenso con algo se puede entender que Yaakov también oró en ese lugar.

La palabra hebrea que ha sido traducida como “lugar” es “makom”. La palabra se repite hasta seis veces en este contexto y como aparece en Génesis 22:3-4 como una referencia a Moriá, no faltan rabinos que dicen que Yaakov estaba durmiendo en el lugar donde iba a ser construido el futuro templo, cf. 28:17.

La palabra “Makom” también se usa en referencia al Omnipresente. Hay un principio que dice: “él es el lugar del universo, el universo no es su lugar.” esto quiere decir que él contiene al universo, pero el universo no lo contiene a Él. Por eso se puede traducir el texto hebreo como: “Y tuvo un encuentro con el Omnipresente”.

 

28:12 “Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí, los ángeles de Elohim subían y bajaban por ella.”

Hay varios midrashes que hablan de este evento. Uno [4] dice que eran los ángeles de los cuatro imperios futuros que iban subiendo por la escalera para luego caer y así perder su poder sobre el pueblo judío. Otro [5] dice que la escalera representaba la rampa del altar en el templo y los ángeles eran los sacerdotes que subían y bajaban por él. El mismo Midrash dice que la escalera era el monte Sinaí donde subían y bajaban Moshé y Aharón. Rashí dice, basado en un Midrash [6]  que los ángeles que subían al cielo eran los de la tierra de Israel que ya no podían acompañar a Yaakov en el extranjero y por eso vinieron otros ángeles en su lugar.

Tenemos que tener en cuenta que el Midrash está basándose en una palabra o una expresión del texto hebreo y monta una historia más o menos fantasiosa para ilustrar esa palabra o expresión, sin que esa historia sea necesariamente verdadera. El gran rabino Shaúl ben Gamliel escribió a uno de sus talmides (discípulos), según está registrado en la carta a

Tito 1:14: “no prestando atención a mitos judaicos y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.”

 

Por lo tanto debemos tener mucho cuidado a la hora de acercarnos al Midrash y al talmud, porque hay cosas que no están de acuerdo con la verdad de la Torá y el Espíritu del Mesías Yeshúa, (Jesús). El Midrash nos ayuda a recordar los giros irregulares y las expresiones particulares del texto sagrado pero no debemos confundir la verdad con las parábolas.

 

Las escrituras enseñan que nuestras oraciones hacen que los ángeles de Elohim sean enviados por él. Tenemos el ejemplo del libro de Daniel 10:12: “entonces me dijo: no temas, Daniel, porque  desde  el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Elohim fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido.”

 

El eterno escuchó la oración del profeta y envió uno de sus mensajeros para darle la respuesta. Este malaj (enviado) le dijo: “a causa de tus palabras he venido”. Esto nos enseña que la actividad de los ángeles depende en cierta medida de las oraciones de los hombres. El hombre es el que causa que el Todo Poderoso ponga en actividad a estos seres maravillosos.

 

En revelación 8:4: “Y de la mano del ángel subió ante Elohim el humo del incienso con las oraciones de los santos”

 

Este ángel estaba encargado de llevar las oraciones de los santos ante Elohim. Esto nos explica por qué el texto que nos ocupa dice que los ángeles primero subieron desde donde estaba Yaakov y luego que bajaban. La oración de Yaakov había activado estos ángeles desde la tierra y El Eterno le mandó la respuesta desde el cielo.

De esto también aprendemos que si no oramos no son activados los ángeles. Muchos se preguntan por qué pasó ese accidente en mi familia, por qué vino esa enfermedad y otras desgracias. Quizás la respuesta está en que faltaba oración para que los ángeles guardianes pudieran recibir orden desde el Todopoderoso para proteger a los familiares. Si no oramos por las personas que el eterno ha puesto en nuestros corazones estamos parando la actividad divina sobre ellos. Hashem se ha querido obligar a  ser dependiente de ti para que ores y así él envía sus emisarios para intervenir en la tierra.

 

La escalera que vio Yaakov es el Mesías como está escrito en

Juan 14:6: “Yeshúa (Jesús) le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”

 

1 Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Elohim (Dios), y también un solo mediador entre Elohim y los hombres, el Mesías Yeshúa hombre”

 

También está escrito en Juan 1:51: “Y le dice: en verdad, en verdad os digo que veréis el cielo abierto y a los ángeles de Elohim subiendo y bajando sobre el hijo del hombre.”

 

Esto muestra que el Mesías es la escalera que vio Yaakov. Por medio de él tenemos acceso al Padre y por medio de él nuestras oraciones llegan al cielo, como está escrito en

Juan 16:24, 26: “hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo... en ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros”

 

Y en Romanos 16:27: “al único y sabio Elohim, por medio de Yeshúa (Jesús) el Mesías sea la gloria para siempre. Amén.”

 

Una escalera tiene varios peldaños. Esto nos enseña que el camino entre la tierra y el cielo tiene varios niveles. En las escrituras podemos encontrar muchos ejemplos de estos diferentes niveles: Isaías 62:10 dice: “Pasad, pasad por las puertas;”; salmo 84:7 dice: “Van de poder en poder”; Ezequiel 47:1-5 habla de cuatro niveles de profundidad en las aguas que salen del templo; Juan 1:16 dice: “gracia sobre gracia”; romanos 1:17 dice: “por fe para fe”; 2 corintios

3:18 dice: “de gloria en gloria” etc.

 

En el versículo 17 se habla de la casa de Elohim y la Puerta al cielo en relación con esta escalera. Entonces tenemos tres cosas: la escalera, la casa y la puerta. La casa de Elohim que está en el cielo es proyectada en el tabernáculo y los templos que estaban en la tierra. Allí encontramos tres niveles de santidad, el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. Cada nivel tiene una puerta de entrada.

Esos tres niveles son reflejados en las manifestaciones espirituales para los que están en el ministerio de Malki-tse- dek, por medio de la resurrección del Mesías Yeshúa (Mesías).

En 1 corintios 12-14 hay una enseñanza muy extensa sobre el tema. Sólo voy a mencionar que, según las divisiones en el texto griego, hay tres grupos en las nueve manifestaciones espirituales según está escrito en

1 Corintios 12:8-10: “Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidades por el único Espíritu; a otro, poderes de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimientos de espíritus; a otro, diversas clases de idiomas, y a otro, interpretación de idiomas.”

 

La traducción  de la palabra griega “heteros” que divide estas manifestaciones sobrenaturales en tres grupos, cada uno correspondiente a las tres divisiones del tabernáculo.

 

Palabra de sabiduría por el espíritu –  El Propiciatorio

Palabra de conocimiento según el mismo Espíritu – el arca con las tablas

División

Fe por el mismo espíritu – la Mesa

Dones de sanidad – una hilera de seis Panes

Poderes de milagros – otra hilera de seis Panes

Profecía – las siete lámparas

Discernimiento de espíritus – el candelabro

División

Clases de idiomas – el altar de bronce interpretación de idiomas – el lavacro de bronce

 

Los números 1-2 corresponden al lugar santísimo

Los números 3-7 corresponden al lugar santo

Los números 8-9 corresponden al atrio

 

Está escrito en 1 Corintios 14:27-30: “si alguno habla en idiomas, que hablen dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete; pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la congregación y que hable para sí y para Elohim (Dios). Y que dos o tres profetas hablen, y los demás juzguen. Pero si a otro que está sentado le es revelado algo, el primero calle.”

 

En 1 corintios 13:1-2: “Si yo hablara idiomas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.”

 

En estos dos textos podemos encontrar las tres puertas de las tres divisiones del templo celestial que son:

1.     idiomas (o lenguas) – la puerta para entrar en el atrio

2.     profecía – la puerta para entrar en el lugar santo

3.     revelación – la puerta para entrar en el lugar santísimo

 

La  escalera de  Yaakov representa diferentes niveles en la vida de oración. Conforme uno va profundizando en la oración podrá subir de nivel y experimentar hasta elevaciones de su espíritu e incluso de su cuerpo hasta las esferas superiores en los cielos, como está escrito en

2 corintios 12:1-4: “el gloriarse es necesario, aunque no es provechoso; pasaré entonces a las visiones y revelaciones del señor. Conozco a un hombre en el Mesías, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Elohim lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Elohim lo sabe) que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que al hombre no se le permite expresar.”

 

Y en Revelación 4:1-2 está escrito: “Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como de trompeta que hablaba conmigo, decía: sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas. Al instante estaba yo en el espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a uno sentado en el trono.”

 

En el talmud (parte de la tradición Oral) se mencionan los siete cielos:

 

28:14 “también tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.”

La descendencia de Yaakov sólo es comparada con el polvo de la tierra y la arena del mar, cf. 32:12, nunca como las estrellas de los cielos. Yitsjak está relacionado con las estrellas y Yaakov con el polvo de la tierra y la arena del mar. La tierra representa la tierra de Israel y el mar las naciones gentiles cf. salmo 93:3-4; 144:7; Isaías 17:3; Ezequiel 26:3. El polvo de la tierra se refiere por lo tanto a los hijos físicos que viven en la tierra de Israel.

 

“en ti” Se refiere a los hijos físicos de Yaakov que iban a ser bendición para todas las familias de la tierra. Esto se ha cumplido, entre otras cosas por medio de todos los inventos y avances tecnológicos que han sido productos de los judíos. La descendencia física de Yaakov es una bendición para todo el mundo en estos momentos. Además ha entregado al mundo la Torá y el Mesías para la salvación del mundo. Por eso está escrito “en tu simiente” como una referencia al Mesías.

 

“bendecidas” Aquí aparece la misma palabra que en Génesis 12:3, “venivrejú”, que puede ser entendida como “y serán injertadas”.

 

28:18, 22a “Y se levantó Yaakov muy de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la erigió por señal y derramó aceite por encima... Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Elohim.”

Aquí hay una alusión al Mesías, la piedra fundamental para la casa de Elohim y el ungido con aceite. Mesías significa ungido. El aceite de oliva representa el espíritu del eterno. Esto concuerda con el texto de

Mateo 16:15-18: “él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? respondiendo Shimón Pedro, dijo: tú eres el Mesías, el hijo del Elohim viviente. Y Yeshúa, respondiendo, le dijo: Dichoso eres, Shimón, hijo de Yoná, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi congregación; y las puertas del sheol no prevalecerán contra ella.”

 

La revelación que tuvo Yaakov de la escalera que representa al Mesías se asemeja a la revelación que tuvo Pedro acerca de quién era Yeshúa (Jesús). Sobre esa roca será edificada la casa espiritual, la congregación de los santos y creyentes en Yeshúa dentro de Israel, como el mismo escribe en su primera carta

Pedro 2:4-5: “Y viniendo a él como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Elohim, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Elohim por medio de Yeshúa (Jesús) el Mesías.”

 

Y en el Salmo 118:23: “la piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la principal del ángulo.”

 

Los edificadores fueron los líderes religiosos en Israel que rechazaron a Yeshúa (Jesús) como el Mesías, como está escrito en

Hechos 4:8b, 11: “entonces Pedro, lleno del espíritu de santidad, les dijo: Gobernantes y ancianos del pueblo... este  es la piedra desechada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser la piedra angular.”

Génesis 28:10-32
7°Parasha / Vayetsé
Bereshit / Génesis
21-Nov-15

1° Aliyá

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