
Parashat Vaigash -2
Comentario de la Parashá
Después de tanto suspenso vemos que el virrey de Egipto después de enfrentarse a los hijos de Iaacov en un tenso encuentro, finalmente da a conocer su verdadera identidad: Iosef estaba frente a sus hermanos hablando del sufrimiento de Iaacov por la pérdida de su hijo Biniamín.
Sin embargo, Iosef, el justo, no guardó rencor hacia ellos sino que de inmediato les dijo que se trasladen junto con todas sus familias y el padre de todos ellos, Iaacov, a la tierra de Egipto. Iosef les ofreció la mejor de las tierras para asentarse y también les dijo que él se preocuparía por todo su bienestar.
Iaacov no lo dudó. Inmediatamente preparó sus valijas y se encaminó rumbo a Egipto, rumbo a su amado hijo Iosef.
"Viajó Israel con todo lo que tenía y llegó a Beer Sheva, y ofreció sacrificios para el Dios de su padre Itzjak" (46:1).
Pero a pesar de la euforia que podía sentir Iaacov en su corazón por haberse enterado después de veintidós años, de que su hijo Iosef vivía y además era - después del Faraón - el segundo hombre en importancia en toda la tierra de Egipto, lo invadió un profundo temor
Esto lo aprendemos de la misma Torá ya que Dios se le reveló a Iaacov diciéndole:
"Dijo Dios a Israel en visiones nocturnas, dijo: 'Iaacov, Iaacov'; y dijo: 'Aquí estoy'. Dijo: 'Yo soy el Dios, el Dios de tu padre, no temas descender a Egipto pues en un pueblo grande te convertiré allí. Yo descenderé contigo a Egipto y Yo también te haré ascender, e Iosef pondrá su mano sobre tus ojos'" (46:2-4).
¿Por qué Iaacov tendría temor de descender a Egipto? Resulta bastante difícil comprender sus sentimientos si tomamos en consideración que él sólo deseaba morar temporariamente allí, y además estaría cerca de Iosef y éste le proveería de todas sus necesidades.
Con Abraham y Itzjak no dice la Torá (pentateuco) que Dios habló con ellos de la manera que habló con Iaacov, pero a de Iaacov sí encontramos esto en dos oportunidades: aquí, en nuestra parashá, y al comienzo de parashat Vaietzé. ¿A qué se debe esto? Dice nuestro autor que se debe al hecho de que en estas dos ocasiones, Iaacov estaba próximo a salir de la tierra de Israel.
Es por eso que Dios se le reveló por la noche, para mostrarle que también durante la noche, es decir en la oscuridad del exilio, Dios acompaña al pueblo de Israel.
A todo lugar que fueron exiliados la Divinidad estuvo con ellos.
Cuando fueron exiliados a Egipto la, cuando
fueron exiliados a Babilonia.
El alma tiene temor descender a este mundo
y venir al exilio, al mundo de lo físico, donde
sabe que tendrá olvidar todo lo que vio y
experimento donde estaba. Pero ante el
temor Dios le asegura “Yo descenderé contigo”
Nunca hemos estado solo, la divinidad siempre
ha estado con nosotros incluso en nuestros
sufrimientos.
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Comentarios Generales 1

Génesis 41:18 - 44:17
Bereshit / Génesis
11 °Parasha/ Vaigash

"Le dijo Iosef a sus hermanos: 'Yo soy Iosef. ¿Mi padre aún vive?'. Y no pudieron sus hermanos contestarle pues quedaron perplejos" (Bereshit 45:3).
En este versículo es descripto lo que ocurrió cuando Iosef se reveló ante sus hermanos. Rabí Itzjak Blazer, nos explica la profundidad que éste encierra:
Iehudá le alegaba al gobernante Egipcio (Iosef) que a pesar de que él tenía razón al decir que Biniamín se merecía un castigo por haber robado la copa, de todas formas Iaacov no había hecho nada malo, y no se merecía el castigo de que le saquen a un hijo; y entonces se estaría castigando a una persona inocente.
Y al comienzo, Iosef no podía contestarle nada a ellos, por cuanto que no quería revelarse, pero ahora que él les dijo a ellos quién era, inmediatamente dio una respuesta al alegato de Iehudá:
"Yo soy Iosef, al que vendieron a Egipto por cuanto que pequé en vuestra contra, pero ¿mi padre aún vive? ¿ Para qué José pregunta esto si ya sabía de encuentros anteriores con sus hermanos que su padre estaba vivo?. Estaba como preguntando ¿Él puede soportar el sufrimiento de mi venta y seguir viviendo? La misma pregunta que ustedes me formularon a mí yo se las hago a ustedes: ¿Cómo pudieron permitir que nuestro padre sufra por más de veinte años cuando él no había pecado en absoluto?".
De aquí aprendemos, que a veces nosotros podemos llegar a alegar que alguien se comporta de manera inadecuada, pero puede ser que también nosotros nos estemos comportando igual que la otra persona. Es por eso que cada uno debe cuidarse en su hablar y en su comportamiento para que no exista contradicción alguna entre sus palabras y sus acciones.
Es muy fácil ver el ego de los demás, pero difícil ver el ego propio, pues se camufla de aparente buena acciones. Por eso es más fácil ver una pequeña paja en el ojo ajeno, que una gran viga en el nuestro.


