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Miketz  Significa “Al final”, “Al Cabo”.

 

Cuarta aliyá, 41:53 – 42:18

Después de los siete años de abundancia llegan los siete años de hambre como Yosef ha dicho. Hay hambre en todas las tierras, pero en todo Mitsrayim hay pan. Cuando se siente el hambre en toda la tierra de Mitsrayim el pueblo clama a Paró por pan. Paró dice a todos que se vayan a Yosef para hacer todo lo que él diga. El hambre se extiende sobre toda la tierra y Yosef abre los graneros y vende a los mitsries. Vienen de todos los países para comprar grano en Mitsrayim por causa del hambre.

Al oír Yaakov que hay grano en Mitsrayim manda a sus hijos descender allá a comprar un poco. Pero sólo van diez porque Binyamín no puede ir porque el padre teme que le suceda algo malo. Van con los otros de la tierra de Kenáan que van a comprar. Los hermanos de Yosef llegan y se postran ante él rostro en tierra. El los reconoce pero no les descubre su identidad y les habla duramente y pregunta de dónde han venido. Dicen que vienen de la tierra de Kenáan para comprar alimentos. No le reconocen. Yosef se acuerda de los sueños que ha tenido acerca de ellos y les dice que son espías. Contestan diciendo que no lo son sino que han venido para comprar alimentos y que son hijos de un solo hombre, honrados y no espías. Pero él insiste diciendo que han venido para ver las partes indefensas de la tierra. Contestan que son doce hermanos, hijos de un solo hombre en la tierra de Kenáan, y que el menor está con su padre y que el otro ya no existe. Yosef manda que uno de ellos vaya y traiga al hermano mientras los demás se queden presos para ver si es verdad lo que dicen. Les pone en arresto durante tres días. Al tercer día les da un plan, y así vivirán.

 

 

Cuarta aliyá, 41:53 – 42:18

 

41:51-52 “y al primogénito  Yosef le puso el nombre de Menashé, porque dijo: Eloha me ha hecho olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre. Y al segundo le puso el nombre de Efrayim, porque dijo: Eloha me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción.”

 

Los dos hijos de Yosef, que luego serían adaptados como hijos de Israel, nacieron por una mujer no israelita y fueron criados en el mundo gentil pero con una educación hebrea. De la misma manera el hijo de Yosef tiene hijos nacidos en el mundo gentil que serán reconocidos por Israel en los últimos tiempos.

El nombre Menashé  viene de la raíz “nashá” que significa “olvidar”.  Efrayim es la forma dual masculino de “efrat” que significa “montón de ascuas”, “fertilidad”. Los  dos hijos de Yosef representan los gentiles que han tenido la experiencia real de un nuevo nacimiento por medio de Yeshúa ben Yosef (Jesús hijo de José). El primer hijo, Menashé, tiene que ver con el olvido de dos cosas: la fatiga y la casa de Israel. El segundo, Efrayim, tiene que ver con multiplicación.

Sus nombres representan exactamente lo que ha pasado en la historia del cristianismo, donde está la mayoría de los gentiles que han nacido por el Espíritu del Mesías. Primero se olvidaron de las persecuciones romanas que sufrieron por su fe judía y luego se olvidaron de Israel y la Torá. Efrayim representa los avivamientos evangélicos de este tiempo que predican el mensaje de salvación por medio de la muerte y resurrección del Mesías Yeshúa, aunque no lo llamen así, sino con la traducción de su nombre al griego (Jesús). Finalmente Efrayim será puesto por encima de Menashé y ambos serán piezas claves en el plan de la restauración del pueblo de Israel, cf. Génesis 48.

 

41:55 “id a Yosef y haced lo que él os diga”

 

Vemos como el rey le está enviando la gente a aquel que ha recibido la autoridad delegada. De la misma manera sucede cuando el Padre lleva a las personas al hijo, como está escrito en

Juan 6:44-45: “nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. Escrito está en los profetas: “y todos serán enseñados Por Eloha.” todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.”

Mateo 11:27: “todas  las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar.”

Mateo 16:17: “y Yeshúa,  respondiendo, le dijo: dichoso eres, Shimón, hijo de Yoná, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”

 

Así como el Paró ordenó al pueblo obedecer a Yosef, el Padre ordenó con una voz audible que obedecieran a Yeshúa (Jesús), según está escrito en Mateo 17:5: “Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: este es mi hijo amado en quien me he complacido; a él oíd.”

 

La pregunta surge: ¿es posible ir directamente al Padre sin pasar por Yeshúa (Jesús)? este texto nos muestra que cuando hay una delegación de autoridad no se puede saltar por encima. De la misma manera el Padre ha delegado todo a su hijo y no se puede saltar por encima de él para llegar al Padre, como está escrito en Juan 14:6: “Yeshúa le dice: yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”

 

Este mensaje no fue dado delante de gentiles, sino delante de judíos. Ningún judío llega al Padre, sino por el Mesías, cuyo nombre es Yeshúa (Jesús).

Está escrito en Juan 17:2: “por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado.”

 

En este contexto el pueblo necesitaba pan y Paró dijo: “id a Yosef y haced lo que él os diga.” en Juan 2:5 el pueblo necesitaba vino y la madre de Yeshúa dijo a los que servían: “haced todo lo que él os diga.” encontramos aquí los dos ingredientes más importantes de las celebraciones judías, pan y vino. Sin embargo, en shabat (día de reposo, no significa sábado en ninguna manera) primero se toma el vino y luego el pan, pero en estas escrituras aparece primero el pan y luego el vino, cf Génesis 14:18. Esto nos lleva a pensar en la mesa del señor, donde primero se da el pan como recuerdo de su cuerpo, y luego el vino, como recuerdo de su sangre, según está escrito en

1 corintios 11:23-26:“Porque yo recibí del señor lo mismo que os he enseñado: que el señor Yeshúa (Jesús), la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí. Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del señor proclamáis hasta que el venga.”

 

41:57 “y de todos los países venían a Mitsrayim para comprar grano a Yosef, porque el hambre era severa en toda la tierra.”

 

De la misma manera vendrán gentiles de todos los países a recibir el pan de vida durante los siete años de tribulación. Mashiaj es el salvador de todos los gentiles. Él es el pan de vida, como está escrito en Juan 6:35: “Yeshúa les dijo: yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.”

 

Los que venían de todos los países no buscaban a otra persona que Yosef. De la misma manera Yeshúa es el único que puede satisfacer el hambre espiritual de los gentiles. Más adelante vemos que también los israelitas tendrán que humillarse para recibir de él pan de vida para no morir.

De esto aprendemos también que los únicos mensajes de la Torá (Pentateuco de la Biblia, a veces se usa para generalizar de las Escrituras) que contienen suficiente sustancia espiritual para poder satisfacer el hambre espiritual de los pueblos, son los que vienen de Mashiaj ben Yosef (Mesías hijo de José, Siervo sufriente).

 

42:6  “y Yosef era el que mandaba en aquella tierra; él era quien vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de Yosef y se postraron ante él rostro en tierra.”

 

Aquí vemos un cumplimiento parcial del sueño de Yosef. Todavía falta un hermano para que se cumpla del todo. De esto aprendemos que llegará un momento en la historia cuando los judíos, que no han sido asimilados entre las naciones, tendrán que ir al hijo de Yosef para buscar pan de vida para no morir. Será un momento glorioso cuando los judíos reconozcan que aquel que el mundo gentil llaman Jesucristo también tiene pan para ellos.

 

En Oseas 5:15 – 6:3: “Me iré y volveré a mi lugar hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán con diligencia. Venid, volvamos al Eterno. Pues él nos ha desgarrado, y nos sanará; nos ha herido, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días, al tercer día nos levantará y viviremos delante de él. Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al Eterno. Su salida es tan cierta como la aurora, y el vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra.”

Este texto concuerda con Mateo 23:39: “Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más hasta que digáis: “Bendito el Que  Viene  en  el nombre del señor.”

 

Esto lo dijo el Mesías después de su entrada triunfal en la ciudad. Está anunciando otro evento que todavía no ha sucedido. Está escrito en Hechos 3:12, 19-21: “Varones israelitas... Por tanto, arrepentíos y volved a Eloha, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del señor, y él envíe a Yeshúa (Jesús), el Mesías designado de antemano para vosotros, a quien el cielo debe recibir hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Eloha habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos.”

 

Según estos textos hay varias condiciones para que Yeshúa pueda regresar a la tierra:

 

1.     tiene que haber un reconocimiento de la culpa y arrepentimiento en el pueblo de Israel por haber negado a Yeshúa como el Mesías.

2.      tiene que haber una búsqueda ferviente del Eterno en un tiempo de angustia, que es la gran tribulación para Yaakov, según Jeremías 30:7.

3.       tienen que pasar dos días, que son dos mil años, desde la primera venida del Mesías.

4.    el pueblo judío tendrá que tener el domino y vivir en la ciudad de Yerushalayim.

5.    tienen que venir los tiempos de restauración de todas las cosas que han sido habladas y escritas en los libros de los profetas.

6.    la mayoría de la población judía de Yerushalayim tendrá que decir a Yeshúa: “¡Baruj habá beshem YHWH!”

 

Cuando todas estas cosas sucedan Yeshúa regresará a la tierra para gobernar.

 

42:8 “Yosef había reconocido a sus hermanos, aunque ellos no lo habían reconocido.”

 

De la misma manera Yeshúa ha reconocido al pueblo judío aunque la mayoría de ellos no le han reconocido. El nunca desechará a su pueblo.

 

42:13 “Mas ellos dijeron: tus siervos son doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Kenáan; y he aquí, el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La  expresión “el otro no existe” aparece dos veces en este relato, cf. verso 32. En el versículo 38 Yaakov dice que Yosef ha muerto, cf. 44:20. Este es el mensaje que el pueblo judío ha estado repitiendo durante casi dos mil años acerca de Yeshúa (Jesús) que murió pero fue resucitado por el Eloha de Israel. Como Yosef seguía existiendo e incluso gobernando, así Yeshúa sigue existiendo y gobernando a la diestra del Eloha de Israel en los cielos, y en el segundo encuentro se dará a conocer a sus hermanos.

 

42:15 “en esto seréis probados; por vida de Paró que no saldréis de este lugar a menos que vuestro hermano menor venga aquí.”

 

Para que el pueblo pueda experimentar la redención final de las naciones y salir de Mitsrayim en su segundo éxodo, es necesario que estén las doce tribus presentes.

 

42:17-18 “y los puso a todos juntos bajo custodia por tres días. Y Yosef les dijo al tercer día: haced esto y viviréis, pues yo temo a Eloha”

 

Esto alude a la muerte y resurrección del Mesías, que representa al resto de los hijos de Israel.

“al tercer día...viviréis”, cf. Oseas 6:2.

Yosef no tenía venganza en su corazón, como un buen israelita, según Levítico 19:18, donde está escrito: “no te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el eterno.”

4° Aliyá

10  °Parasha /Miketz
Génesis 41:1 - 44:17
Bereshit / Génesis
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