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Camino #49: Organiza Tu Mente
El cerebro humano es un archivador sofisticado. Pero, ¿cómo accederás a toda esa información? ¡Organiza lo que sabes! por Rav Noaj Weinberg zt"l
Después de completar los 48 Caminos hacia la sabiduría, existe un crucial paso adicional: Organización.
Imagina una oficina en donde el papeleo fluye cada día. La única manera de que todo esté accesible es con un buen sistema de archivo. Buscas un documento urgente… la frustración crece mientras luchas por información que sabes que está ahí, pero que no puedes encontrar. ¡Está enterrada en un montón de papeles!
Así también, el cerebro humano es una oficina extremadamente sofisticada hacia la cual fluye información constantemente. Tú has aprendido tantas lecciones importantes acerca de la vida – amistad, espiritualidad, negocios, manejar las decepciones, paciencia, manejar dinero, etc. Se transforma en una masa de detalles inmanejables. ¿Dónde archivarás toda la información? ¿Cómo tendrás acceso a esa información en el futuro? Es por eso que los 48 Caminos tienen un agregado, el Camino #49 "Hamejavén et shmuató", que significa "examina lo que has escuchado". Crea un archivador mental. Cuando escuchas un nuevo fragmento de sabiduría, ponlo automáticamente en el archivo correcto, dejándolo disponible para uso futuro. La sabiduría necesita ser accesible y aplicable, y mientras más organizado seas, más poder tendrás para vivir.
Encuentra el flujo
La clave para organizar la sabiduría es desarrollar un marco que no convierta a tu mente en una burocracia.
Busca siempre el flujo lógico. Por ejemplo, cuando tomas un libro, primero lee el índice para desarrollar un sentido general de la estructura. Luego, tómate unos cuantos minutos para imaginar sobre que se discutirá en cada capítulo. Cuando comiences a leer, esto te ayudará a ver como cada aspecto es diferente al otro – y como todo el material se conecta.
En vez de que te expliquen una idea, es mejor intentar entender la idea tú mismo, buscar sus implicancias por tu cuenta. De esta forma, estás enfocándote, haciéndote parte del proceso, y estás analizando la información mientras avanzas. Esto graba la idea en tu mente mucho mejor que cuando simplemente te la explican. Y tendrás una mejor base para llegar a una conclusión acerca de la credibilidad del material.
En el estudio judío, le damos a cada sección de la Torá y del Talmud un nombre que define su esencia, y luego escribimos frases resumen para cada sección. Por ejemplo, los 48 Caminos son "esencias definidas", una especie de índice de materias para alcanzar la sabiduría.
Pon atención, ve la conexión. Esto hace que la información sea infinitamente más manejable y te ayuda a recordarla y a aplicarla en el camino. Prueba este método en lo que sea que estudies. Vale la pena invertir un tiempo ahora.
El sistema lógico
Imagínate a alguien que no puede balancear su chequera. Su escritorio está lleno de montones de papeles de retiros y depósitos, estados de cuenta y papeles de tarjetas de crédito. Es imposible manejar este caos. Así que es mejor que se dé por vencido… Así también con la sabiduría para vivir. Cada día aprendes mucho acerca de la vida, y a menos que lo organices, los pedazos aislados de sabiduría te desalentaran y te deprimirán. Esto mata tu optimismo y tu deseo de crecer y cambiar. Tú piensas: “He olvidado otras ideas en el pasado, probablemente olvidaré esta también”. ¡No puedes darte el lujo de continuar así!
En el judaísmo, un sistema clásico de organización es memorizar las 613 mitzvot. Por ejemplo el Mishné Torá de Maimónides, organiza las 613 mitzvot en 83 secciones, compiladas en 14 volúmenes.
¿Cuál es el valor de memorizar esta lista? Esto te proporciona 613 “carpetas de archivos” en las cuales puedes poner cualquier nuevo fragmento de sabiduría. Por ejemplo, si adquieres entendimiento acerca de la armonía de la naturaleza, puedes archivarlo bajo la mitzvá de “saber que Dios es uno”. O si encuentras una nueva forma de ayudar a las personas sin hogar, puedes archivarlo bajo la mitzvá de tzedaká, caridad.
Con este método, entenderás la vida totalmente diferente. Verás la genialidad de cómo una pieza se conecta con la otra. Y esa herramienta te beneficiará para siempre.
También hay otros métodos. Algunas personas tienen cientos de tarjetas, organizadas alfabéticamente por temas. Cuando reciben una nueva información, la escriben en una tarjeta. Utilizando la computadora, este sistema es fácil de implementar, e incluso puedes armar una red de hipervínculos de información personal.
Lo principal es escoger un sistema de funcione para ti – y construir tu “base de datos de sabiduría” alrededor de él.
Sabiduría accesible
Tú estás constantemente recibiendo nueva información, gastando tiempo y dinero para adquirirla. Si vale la pena reunirla, vale la pena guardarla y utilizarla. Si pagaste 50 dólares por algo, lo utilizarías. Y además, ¿no es más valiosa la sabiduría que el dinero? Antes de comenzar cualquier proyecto importante, abre un nuevo archivo para guardar información. Ya sea administración de dinero o reparaciones domésticas, se diligente al organizar tu información. Cuando te encuentres con algún buen artículo, no lo metas simplemente en un cajón por ahí.
Por ejemplo, si estás comenzando una familia, recopila una serie de herramientas útiles para la educación de los niños. Tú quieres que ellos sean sanos – física, emocional y espiritualmente. ¡Pero aprender en el camino puede ser demasiado tarde! No es suficiente tener un montón de hechos y cifras guardados ordenadamente en tu oficina. Es igualmente importante abrir un “archivo mental” paralelo. Debes ser capaz de aplicar la información incluso sin acceso inmediato al material impreso.
Un método clave es extraer el principio detrás de la idea. Esto es mucho más fácil de memorizar que un montón de detalles. Los Sabios lo comparan con llevar dinero de papel en vez de un gran saco de monedas. Una vez que tienes el principio, puedes aplicarlo en una variedad de situaciones.
Mecanismos de memoria
Tener una “noción” de una idea no es suficiente. Para realmente “poseer” la idea, tienes que saberla de memoria. La memorización es tremendamente poderosa, tiene la capacidad de poner la idea “en tu bolsillo”, inmediatamente accesible en la punta de tus dedos mentales.
Hay dos formas de memorizar una idea:
1) Aprenderla de memoria, repetirla una y otra vez, o 2) descubrir su flujo lógico
¿Cuál método es mejor? El número dos. Supón que quieres memorizar todos los huesos del cuerpo humano. Utilizando el método #1, memorizarías el nombre de todos los huesos en orden alfabético. Utilizando el método #2, la forma lógica, comenzarías por la cabeza e irías bajando hacia los dedos de los pies. Mientras recorres el cuerpo, cada hueso te da una pista para el siguiente.
A la mente le gustan los mecanismos mnemotécnicos. Intenta extraer la esencia de la idea, y grábala en una frase que sea fácil de memorizar. De este modo, en vez de luchar por recordar la idea completa, podrás reconstruir la idea desde tu frase.
Aquí hay algunas técnicas de memorización efectivas:
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Asigna una descripción de una o dos palabras a cada idea.
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Toma la primera letra de cada concepto, y haz un acrónimo divertido con las letras.
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Crea una escena o historia imaginarias, en la cual los conceptos claves aparezcan todos juntos. (Mientras más escandalosa sea la escena, más fácil es recordarla).
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Pon las ideas en una canción. La melodía te permitirá recordar la serie de palabras.
Hay un gran bloqueo mental para memorizar cualquier cosa, pero una vez que comienzas a hacerlo, es divertido y fácil. Para comenzar, intenta aprenderte los nombres de los 48 Caminos de memoria y repásalos mientras caminas por la calle. Anota estas “palabras clave” en un pequeño pedazo de papel, y tenlo contigo en todo momento. Esto te dará un constante punto de referencia.
Archiva, evalúa y elimina
Si el conocimiento es poder, entonces olvidar es la mayor de las debilidades.
Tenemos dos pequeños aparatos entre nuestros hombros. Uno es el botón de “recordar” y el otro es el de “olvidar”. ¿Te dieron alguna vez un número de teléfono y dijiste, “Seguro, lo recordaré”, y un minuto después se fue de tu mente? Pasa. Presionaste “olvidar” en vez de “recordar”. Pero cuando el millonario dice, “Este es mi número de teléfono”, y tiene 25 dígitos - ¡no hay problema! Presionaste “recordar” ¡y lo presionaste bien!
Cuando escuchas un valioso fragmento de sabiduría, decide: Esto es importante, quiero recordarlo, voy a guardarlo. Tú tienes ese poder. Presiona el botón. Si no puedes procesar nueva información en el momento, entonces al final de cada día, revisa las principales cosas que has aprendido. Por ejemplo, si lees un buen artículo, verbaliza los puntos principales, y lo que sea que encuentres valioso - ¡archívalo!
Más aún, destina tiempo para revisar lo que has aprendido. Es fácil olvidar cosas cuando no estás relacionándote con ellas diariamente. Repasarlas no solamente te ayudará a recordar, sino que revelará una interconexión de ideas que no viste cuando aprendiste las cosas por primera vez.
Para evitar una “sobrecarga de información”, limpia periódicamente tu sistema de archivo mental. Mucha información está atestando innecesariamente tu mente. Desarrolla un sistema de revisión y vuelve a evaluar lo que has estado llevando ahí arriba. Ve que asuntos son válidos, y cuales no te interesan más. Para descartar lo que no necesitas, simplemente presiona “borrar”, tal como en una computadora.
Esto no se aplica solamente a información. Si te encuentras involucrado en alguna actividad negativa – por ejemplo debido a la presión de pares – toma la decisión de eliminar esa actividad. Tú tienes que tener una vida sana, una cabeza sana, y una actitud sana hacia la vida. No dejes que las manzanas podridas perturben tu digestión.
Planes y prioridades
Una parte crucial de organizar tu mente es establecer prioridades. Para demostrar la necesidad de organizar tu mente, has preguntas y ve cuán rápido obtienes las respuestas. Por ejemplo, pregúntate que lecciones has aprendido acerca de tres categorías principales de la vida:
- Asuntos entre yo y yo mismo. ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Cuáles son mis metas y sueños? ¿Cómo llego a ellos? ¿Cuáles son mis talentos? ¿Cuáles son mis virtudes? ¿Qué quiero finalmente de la vida? - Asuntos entre yo y otros. ¿Qué sé acerca de relaciones con amigos, padres, colegas, y sociedad? ¿Qué me hace enojar en las relaciones? ¿Qué es lo que más les gusta a otros acerca de mí?
- Asuntos entre yo y Dios. ¿Qué sé acerca de verdad, amabilidad, y por qué este mundo fue creado? ¿Cuáles son mis derechos entregados por Dios, y cuáles son mis obligaciones?
Ahora, prioriza estas ideas en una colección de planes de vida. Deberías tener un plan diario, un plan semanal, uno mensual y uno anual – con metas a 5 años, a 15 años, y metas de toda la vida.
¿Qué quieres que diga en tu lápida? Hacer esta pregunta es muy poderoso. Y muy doloroso.
Mantén tus prioridades en el orden correcto. Cada ser humano está dispuesto a morir por hacer lo correcto. ¿Podrías matar a 1.000 niños inocentes para salvar tu vida? Seguro estarías más dispuesto a dar tu vida que a hacer tal cosa.
Si estamos dispuestos a morir por hacer lo correcto, entonces eso nos dice algo profundo acerca de nuestras prioridades. Cuando te despiertes por la mañana, recuérdate: “Yo quiero hacer lo correcto, yo quiero ser una buena persona”. Por supuesto, puede que te olvides de ello durante el día. Pero al menos sabes que esto es importante. Y tarde o temprano puede que hagas algo al respecto.
Pregúntate: ¿Qué es lo correcto? ¿Quién es una buena persona? ¡Realmente debería tomarme un tiempo para resolver estas preguntas!
En el judaísmo, nos mantenemos enfocados en las prioridades recitando el Shemá dos veces cada día, y poniendo una mezuzá en el marco de nuestras puertas. El Shemá – “Escucha O Israel, El Señor nuestro Dios, el Señor es Uno” – nos recuerda el gran placer, la esencia de la vida por excelencia.
Asegúrate de mantener tus prioridades en primer plano.
¿Por qué “organizando tu mente” es un camino a la sabiduría?
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Organizar la sabiduría es el paso más importante para obtener control de tu vida.
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Cuando algo interesante viene a ti, archívalo en tu mente para que puedas acceder a ello cuando lo necesites.
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Si comprendes lo que estudias, seguirá siendo tuyo. Si es superficial, desaparecerá.
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A menos que tomes una decisión consiente de recordar, probablemente olvidarás.
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Si vale la pena reunir cierta información, vale la pena organizarla.
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¿Qué quieres lograr en cinco años, 10 años, 50 años?
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“Fuera de vista, fuera de la mente”. Revisa tus prioridades y tráelas a primer plano.
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Mientras tu cabeza esté confusa, sentirás el dolor del caos allí arriba.
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Presionar el botón "borrar" te da control sobre tu vida.
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Debes saber el momento adecuado para sacar el conocimiento adecuado.
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Domina el arte de “Manejo de Sabiduría”: Organízala, contrólala y dirígela.
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A menos que la organicemos correctamente, ¿De qué nos sirve? Publicado: 31/10/2009
Camino #49:
Organiza Tu Mente
Por: Rav Noaj Weinberg zt"l
Por las Sendas Antiguas

