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Parashá 17 Yitró 

Éxodo 18:1 – 20:26 (23Heb)

Sexta Aliyá, 19:20–20:17 (V. 14 Heb.)

 

El Todo Poderoso desciende al monte Sinaí y llama a Moshé a la cumbre y le ordena descender y advertir al pueblo que no traspasen los límites, para que no mueran. Los sacerdotes tendrán que santificarse para que no mueran. Moshé dice que el pueblo no puede subir por causa de los límites. También le dice que baje de nuevo y suba con Aharón y advierta al pueblo. Moshé baja y advierte al pueblo desde  el monte: “Yo  soy YHWH... no tengas otros dioses... no tomes el nombre de YHWH en vano... Acuérdate del Shabat... Honra a tu padre y madre... no asesines... no adulteres... no hurtes... no testifiques falsamente... no codicies...”

 

 

Sexta Aliyá, 19:20 – 20:17 (V. 14 Heb.)

 

19:20 “Y YHWH descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte; y llamó YHWH a Moshé a la cumbre del monte, y Moshé subió.”

 

Aquí está escrito que el Eterno descendió al monte. Sin embargo en 20:22 está escrito que habló desde el cielo. ¿Cómo se puede entender esta aparente contradicción? Rashí dice que el Todo Poderoso inclinó los cielos superiores e inferiores y los extendió sobre la montaña como una sábana sobre una cama, y el trono de gloria descendió sobre ella. Así él estaba tanto en el cielo como en la tierra.

 

19:21 “Y  YHWH dijo  a Moshé: desciende,  advierte al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver a YHWH y perezcan muchos de ellos.”

 

 Cuatro veces está escrito que el pueblo no puede traspasar los límites de lo prohibido, v. 12, 21, 23 y 24. ¡Qué importante es para el hombre no traspasar los límites!, como dice Deuteronomio 19:14: “No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en la herencia que recibirás en la tierra que YHWH tu Elohim te da en posesión.”

 

La raíz de la palabra “Torá”, “instrucción”,  es “Yará”,  que significa “lanzar”, “disparar”, “apuntar”, “marcar”, “señalar”. Esto nos enseña que la Torá pone los límites necesarios para el bien del hombre y la naturaleza, señala  dónde está la diferencia entre lo permitido y lo prohibido. Pecar es cruzar los límites, impulsado por el ego o la mala inclinación, marcados por El Todo Poderoso a través de la Torá. como está escrito en

1 Juan 3:4: “Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley.”

 

La carne del hombre, el Yetser hará, no quiere límites, como está escrito en Romanos 8:6-8: “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Elohim, porque no se sujeta a la ley de Elohim, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Elohim.”

 

El hombre espiritual no está dirigido por sus impulsos naturales y pecaminosos, sino por los principios que el Todo Poderoso ha marcado en su Torá. Un hombre espiritual es un hombre de principios, no de impulsos. Pero ¿Por qué razón cumple los principios marcados por la Torá? ¿Por amor o para cumplir? el que cumple por amor ha llegado a la perfección.

El placer permitido es un resultado de la obediencia a los principios  marcados por la Torá. El pecado ofrece un aparente placer sin límites, sin principios, sin obediencia. Ese supuesto placer se convierte a la larga en amargura. El placer sometido a los principios de la Torá es duradero y no produce daño ni amargura. El que lo ha experimentado sabe que es un verdadero placer.

El pecado, el traspaso de los límites, crea un desequilibrio en la creación. Muchas de las cosas buenas se convierten en malas cuando son empleadas fuera de los límites marcados en la Torá. Un hombre maduro es capaz de negarse un placer a corto plazo, para obtener un placer mayor a largo plazo.

Las culturas del mundo que se rigen por principios  son las más influyentes. Los países pobres son pobres porque la gran mayoría de sus habitantes están traspasando hasta la exageración todo tipo de límites y eso produce maldición que resulta en pobreza. Los países que tienen una población que ha aprendido a regirse por principios  basados en la Torá, aunque no lo sepan, prosperan en todo sentido.

 

19:22 “también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a YHWH, no sea que YHWH irrumpa contra ellos.”

 

Los sacerdotes eran los primogénitos de todo Israel. Ellos podían acercarse, lo cual nos enseña que hay diferentes niveles de santidad entre las diferentes funciones dentro del pueblo.

 

 

19:23 “Y Moshé dijo a YHWH: el pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque tú nos advertiste, diciendo: “Pon límites alrededor del monte y santifícalo.”

 

Lo que hace que algo sea santificado es que tiene un límite. El monte fue santificado por los límites y la presencia del Todo Poderoso que estaba limitada dentro de esos límites, conferenciar: Éxodo 29:43.

 

19:24 “entonces YHWH le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aharón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir a YHWH, no sea que Él irrumpa contra ellos.”

 

Moshé podía acercarse más que Aharón, Aharón podía acercarse más que los sacerdotes, los sacerdotes podían acercarse más que el pueblo y el pueblo no podían traspasar los límites.

 

Nos surge la pregunta: ¿no revela los escritos Apostólicos que el novio es el Hijo? ¿Por qué se presenta aquí el Todo Poderoso como el novio? ¿Será que hay dos matrimonios, uno entre el Padre e Israel y el otro entre el Hijo y la iglesia? esto es lo que enseñan muchos cristianos. En primer lugar tenemos que descartar la idea de dos pueblos del Eterno. Sólo hay un pueblo y ese pueblo se llama Israel (Su remanente), conferenciar: Daniel 7:27. El nuevo pacto fue hecho con Israel, según Jeremías 31:31, no con otro pueblo. El Mesías Yeshúa (Jesús) no fundó una nueva religión, porque si lo hubiera hecho sería un falso profeta. Ya hemos hablado mucho de este tema, así que no vamos a repetir esta verdad. Sólo hay un pueblo, Israel, y ese pueblo es la novia, según dijo el rabí Yojanán ben Zejariá, como está escrito en Juan 3:26-29: “Y vinieron a Yojanán y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo al otro lado del Yardén, de quien diste testimonio, está haciendo tevilá y todos van a él. Respondió Yojanán y dijo: un hombre no puede recibir nada si no le es dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: “Yo no soy el Mesías, sino que he sido enviado delante de él.” el que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado.”

 

El mensaje de este profeta revela que la novia es el pueblo de Israel. La novia, la congregación, existía antes de la muerte del Mesías, como está escrito en Efesios 5:25: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Mesías amó a la congregación y se dio a sí mismo por ella.”

No se puede amar algo que no existe. Así que la congregación, “la iglesia”,  no fue creada en ese día de Pentecostés que está relatado en Hechos 2, sino en el primer Pentecostés que está relatado en Éxodo 19. La congregación que aparece en Efesios 5 es la congregación de Israel, como está escrito en Hechos 7:38: “Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros  padres, y el que recibió palabras de vida para transmitirlas a vosotros.”

 

La congregación, que en hebreo se llama “kahal”, en griego“ekklesia”, y en latin “iglesia”, fue formada en Sinaí.

 

Hay una referencia a las palabras del Mesías justo antes de su muerte en Hebreos 2:12: “diciendo: ANUNCIARÉ TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA CONGREGACIÓN TE CANTARE ALABANZAS.”

 

Aquí dice que Yeshúa (Jesús) anunciaría el nombre del Todo poderoso a sus hermanos y cantaría alabanzas en medio de la congregación, la iglesia. El texto está sacado del Salmo 22 que Yeshúa citó cuando estaba colgado sobre el madero. En los versículos 22-23 del mismo Salmo está escrito: “Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Los que teméis a YHWH, alabadle; descendencia toda de Yaakov, glorificadle, temedle, descendencia toda de Israel.”

 

Este texto nos muestra que la congregación, en la cual en Mesías iba a anunciar el nombre de YHWH y cantar alabanzas, se compone de los que temen al Todo poderoso, es decir los conversos de entre las naciones, junto con toda la descendencia de Yaakov y toda la descendencia de Israel (Todo es un solo pueblo). Esta es la congregación por la cual murió el Mesías para purificarla y llevarla a la perfección, como está escrito en Efesios 5:25b-27: “El Mesías amó a la congregación  (de Israel) y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una congregación en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.”

 

Cuando el Mesías habla de edificar su congregación en Mateo 16:18 no se está refiriendo a un pueblo nuevo, separado de Israel, sino del mismo pueblo de Israel, (que también incluye a los conversos de las naciones), conforme está escrito en Jeremías 24:6: “Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los traeré de nuevo a esta tierra; los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré.”

 

En Jeremías 31:4: “De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten.”

 

En Jeremías 33:7: “Restauraré el bienestar de Yehudá y el bienestar de Israel y los reedificaré como eran al principio.”

 

Estos textos nos muestran que la edificación de la congregación del Mesías no es otra cosa que la restauración y la perfección de la fe judía dentro del pueblo de Israel.

 

En Mateo 16:18: “Yo también te digo que tú eres Kefas, y sobre esta roca edificaré mi congregación; y las puertas del Sheol no prevalecerán contra ella.”

 

Yeshúa (Jesús) prometió edificar su congregación sobre la roca. La roca es el Mesías que ha sido colocado como fundamento en Sión, no en Roma, según Isaías 8:14; 28:16; Romanos 9:33, 1 Corintios 10:4 y 1 Pedro 2:4-8. Yeshúa promete edificar el pueblo de Israel sobre el fundamento del Mesías. Los que no edifican sus vidas sobre ese fundamento, finalmente perderá el derecho de ser parte del pueblo de Israel (Israelitas y gentiles en un pueblo), como está escrito en Hechos 3:23: “Y sucederá que todo el que no preste atención a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo.”

 

Las “puertas del Sheol”, el reino de los muertos, son una expresión judía, un hebraísmo, que hace referencia a las puertas de las ciudades gentiles, es decir a los gobiernos de las naciones. Estos gobiernos no podrán resistir el avance de la congregación del Mesías. Hay una referencia a lo mismo en Génesis 22:17 donde está escrito: “de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.”

(Lo cual también significa en un nivel más profundo los enemigos espirituales que atacan al pueblo del Todo Poderoso y también las naciones que son respaldadas por ellos)

 

Esta palabra fue dada a nuestro padre Avraham justamente después de haber atado a Yitsjak sobre el altar. Así que los que van a poseer las puertas de sus enemigos, las puertas del Sheol, son los descendientes de Avraham, no otro pueblo. La misma profecía se encuentra en Génesis 24:60 donde la familia de Rivká pronuncia la siguiente bendición: “Y bendijeron a Rivká y le dijeron: Que tú, hermana nuestra, te conviertas en millares de miríadas, y posean tus descendientes la puerta de los que los aborrecen.”

 

Así que, queda claro que la novia no es otra cosa que el pueblo de Israel, descendiente de Avraham y Rivká, renovado y reedificado por medio del Mesías Yeshúa (Jesús).

 

Entonces nos queda resolver la pregunta de ¿quién es el novio? ¿Es el Padre Todo poderoso o el Hijo del Hombre? Según la enseñanza del Mesías, el novio es el Hijo, como está escrito en Mateo 22:2: “El reino de los cielos puede compararse a un rey que hizo un banquete de bodas para su hijo.”

 

Está escrito en Revelación 19:7: “Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado.”

 

En Efesios 5:31-32: “Por esto el hombre dejara a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola. Grande es este misterio, pero hablo con referencia al Mesías y a la congregación.”

 

20:1 “Y habló Elohim todas estas palabras, diciendo”

 

El targum tradujo este versículo: “Y habló la Palabra de YHWH...” en muchas ocasiones el targum usa la expresión “la Palabra de YHWH” cuando hay una manifestación clara de YHWH en la tierra. En Génesis 1:27; 9:17; 17:7; 15:6; 19:24; 22:14; 28:20-21; Éxodo 3:14 y 24:1 aparece la expresión “la Palabra de YHWH” en los diferentes targumes como sustituto de Elohim o YHWH. Esto nos enseña que los que tradujeron el hebreo al arameo habían entendido la manifestación del Todo poderoso en la tierra como una revelación de su Palabra. El Todo poderoso es tan grande y tan inmenso que no se puede ver ni comprender al menos que él haga una transformación de su inmensidad a algo más pequeño. Por esta razón surgió la expresión “YHWH katán”, “el pequeño YHWH”.

Se puede comparar con un transformador que cambia la tensión eléctrica de 15,000 Voltios, que hay en los cables de alta tensión, a 220 o 120 Voltios, para que la corriente eléctrica pueda ser utilizada en las casas. La tensión de 120 Voltios está muy reducida y así podrá ser utilizada en el hogar. En caso contrario estaríamos en peligro mortal cada vez que utilizáramos un aparato eléctrico. La manifestación del Todo Poderoso en la tierra es parecida. Él no puede revelar toda su potencia porque entonces el hombre quedaría calcinado. Según el targum, Él se revela al hombre a través de su Palabra, que es la reducción del Todo Poderoso de manera que pueda ser manifestado en el mundo y comprendido por el hombre. Yeshúa (Jesús) es la Palabra del Todo poderoso hecha carne, como está escrito en Juan 1:14:“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”

 

En 1 Juan 1:1-2: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos  la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó.”

 

En el Sinaí el cielo bajó sobre la montaña y el Todo poderoso se manifestó al pueblo hablando audiblemente. La traducción del targum dice que fue la Palabra del Todo poderoso que habló todas estas palabras al pueblo y que Moshé tenía que subir a la Palabra del Todo poderoso que estaba en la montaña. Esta Palabra fue la que luego fue hecha carne en Yeshúa (Jesús). El Mesías Yeshúa es la manifestación del Padre en la tierra, como está escrito en Juan 14:9b: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”

 

En Hebreos 1:3: “Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza.”

 

En Colosenses 2:9: “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en él.”

 

El Hijo es la manifestación reducida del Todo Poderoso que está en los cielos. Él no solamente lo revela sino también lo representa, como está escrito en el Salmo 118:26a: “Bendito el que viene en el nombre de YHWH.”

 

No es lo mismo ser el Todo poderoso que venir en el nombre del Todo poderoso. Yeshúa venía para representar al Todo poderoso. El que estaba en el monte haciendo pacto con Israel fue el Padre por medio de su Palabra que luego fue hecha carne. De esta manera resolvemos el problema de quién es el novio. El Padre todo lo ha hecho, y todo lo hace a través de su Palabra que fue hecha carne. En otras palabras el Mesías, el Hijo del Hombre, es el canal por medio del cual el Todo poderoso ha creado el universo y por medio del cual está dirigiendo la creación y por medio del cual se está relacionando con el ser humano. El Hijo de Elohim es la cara humana del Todo poderoso, por medio del cual podemos llegar al Padre. Sin él nadie llega al Padre, porque él es el representante que el Padre está revelando aquí abajo. El que intente pasar por otro canal no llegará al padre. El que tiene a Elohim como su Padre ama y se acerca a Yeshúa (Jesús), como está escrito en Juan 8:42: “Yeshúa les dijo: Si Elohim fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Elohim y vine de Él, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino que Él me envió.”

 

En Juan 6:45: “Escrito está en los profetas: “Y TODOS SERÁN ENSEÑADOS POR ELOAH.” Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.”

 

El Mesías es el novio y la parte renovada y restaurada (Remanente) de Israel (judíos y gentiles en un solo pueblo) es la novia.

Shemot / Éxodo
17 Parasha / Yitró

6° Aliyá

"Éxodo 18:1 - 20:26"
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