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Parashá 18 Mishpatím

Éxodo 21:24:18

Mishpatim  significa “reglamentos”

 

Segunda Aliyá, 21:20 – 22:4 (3 Hebreos)

El Eterno regula casos de violencia contra un esclavo, contra una mujer embarazada y contra un esclavo no hebreo. Regula daños ocasionados a hombres por un toro violento, por daños ocasionados a animales de otros por causa de un pozo destapado, por daños ocasionados a los animales de otros por un toro violento. Sigue regulando acerca de la restitución por robos de animales y los daños ocasionados a un ladrón.

 

Segunda Aliyá, 21:20 – 22:4 (3 Hebreos)

 

21:20 “Si alguno hiere a su siervo o a su sierva con una vara, y muere bajo su mano, será castigado.”

 

 El castigo es la pena capital por medio de la espada, conferenciar Levítico 26:25 donde aparece la misma  palabra en hebreo, “nakam”, traducida como “venganza”. El siervo y la sierva a los cuales se refiere aquí, no son hebreos, porque el versículo 21 dice que son la propiedad de su amo, lo cual no sería el caso de un siervo hebreo. Esto nos enseña que un esclavo no hebreo tiene el mismo valor que un hebreo. Todos los seres humanos tienen el mismo valor.

 

21:21 “Sin embargo, si sobrevive uno o dos días, no se tomará venganza, porque es propiedad suya.”

 

Si el esclavo muere después de 24 horas, no se considera como un asesinato, lo cual hubiera sido el caso si no hubiera sido su esclavo.

 

21:22 “y si algunos hombres luchan entre sí y golpean a una mujer encinta, y ella aborta, sin haber daño, ciertamente (el culpable) será multado cuando el esposo de la mujer demande de él; y pagará según lo que los jueces decidan.”

 

En este caso el niño abortado no es vengado con la pena capital. El agresor tendrá que pagar una multa por el valor del feto, según lo que los jueces decidan, en el caso de que el marido haga una demanda ante el beit din, la corte de justicia.

 

21:23 “Pero si hubiera daño, entonces darás vida por vida”

 

Aquí se refiere a un daño en la mujer, no en el niño que ya murió. Los maestros tienen dos opiniones en cuanto a la interpretación a este versículo. Hay quienes opinan que el hombre tendrá que pagar con su vida literalmente, y otros que dicen que se trata de indemnización monetaria, según el precio por la cual hubiera sido vendida en el mercado de siervos. Los que mantienen la segunda opinión dicen que el hombre no tenía la intención de matar a la mujer, y por eso no se le puede emplear la pena de muerte. Los de la primera opinión dicen que si el hombre tenía la intención de matar al marido, también es reo de muerte por matar a la mujer.

 

21:24 “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”

 

Según el Talmud, aquí no se refiere a tomar los órganos del otro en recompensa por un daño hecho, sino de pagar con dinero el valor del miembro dañado, según la disminución del valor de la persona en comparación con una persona intacta, en el caso de que hubiese sido vendida en un mercado.

La primera de las cinco tipos de compensación, por daño físico, “nezek”,  es empleada, de por vida, en el caso de que una persona tenga pérdidas en su trabajo por ese daño. Por ejemplo, si una persona, trabajando con dos manos y dos pies, ganaba 100 y, después de la pérdida de alguno de sus órganos, sólo podrá ganar 40, el agresor tendrá que indemnizarle el 60% durante el resto de su vida, para recompensarle la pérdida.

 

21:25 “quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.”

 

 En estos tres casos no se trata de la pérdida de órganos, sino de un dolor físico, “tsaar”, que también tendrá que ser recompensado, según la cantidad de dinero que una persona como ella desearía recibir a cambio de sufrir el mismo  dolor. Según Rashí,  una  herida, en hebreo “petsa”,  es una lesión que saca sangre y golpe, en hebreo “jaburá”, es una lesión que acarrea la coagulación de la sangre interiormente y hace enrojecer la carne que está sobre ella.

 

21:26 “Si alguno hiere el ojo de su siervo o de su sierva y se lo inutiliza, lo dejará ir libre a causa del ojo.”

 

Aquí se  refiere  a un  esclavo kenaaní, no  hebreo, como hemos dicho antes. A parte del ojo y el diente lo mismo se aplica también respecto a la pérdida de las puntas de 24 órganos: los dedos de las manos y los pies, las orejas, la nariz y el miembro viril.

 

21:29 “Sin embargo, si el toro tenía desde antes el hábito de acornear, y su dueño había sido advertido, pero no lo había encerrado, y mata a un hombre o a una mujer, el toro será apedreado, y su dueño también morirá.”

 

 Según Rashí, en este caso el cielo dará la muerte al dueño del toro violento, no el hombre. Este texto nos enseña que el dueño de un animal es responsable por los daños que puedan causar ese animal.

 

21:32 “Si el toro acornea a un siervo o a una sierva, el dueño dará a su amo treinta siclos de plata, y el toro será apedreado.”

 

Aquí se trata de esclavos kenaaní. En el caso de siervos hebreos habría que pagar el rescate para su liberación

El precio que le dieron a Yehudá por la entrega de Yeshúa (Jesús), fue de treinta monedas de plata, conferenciar: Mateo 26:15; 27:9.

 

22:1   “Si alguno roba un toro o una oveja, y lo mata o vende, pagará cinco toros por el toro y cuatro ovejas por la oveja.”

 

 Esta indemnización sólo se aplica sobre este tipo de animales.

 

22:2  “Si el ladrón es sorprendido forzando una casa, y es herido y muere, no habrá culpabilidad de sangre”

 

Esto nos enseña que si alguien viene contra ti para matarte, tienes el derecho de adelantarte a él y no serás considerado un asesino en el caso de que se muera.

 

22:3  “pero  si ya ha salido el sol, habrá culpabilidad de sangre. Ciertamente, (el ladrón) debe hacer restitución; si no tiene con qué, entonces será vendido por (el valor de) su robo.”

 

En este caso la palabra “sol” no se interpreta por los rabinos de manera literal. Rashí sigue la interpretación del Midrash  según la cual  el sol es  símbolo  de  paz.  El Talmud,  sin  embargo, dice  que  el sol  simboliza claridad  y seguridad. El Targum Onkelós tradujo  el texto de esta manera: “Si los ojos de los testigos caen en él...”, es decir, si antes había sido advertido de no matar en el caso de ser sorprendido en su robo.

 

Si una persona se arrepiente de su pecado tendrá que hacer restitución por el daño cometido, como está escrito en Lucas 19:8-9: “Y Zakai (Zaqueo), puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado. Y Yeshúa (Jesús) le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa, ya que él también es hijo de Avraham”

 

Zakai  estaba dispuesto a restituir  más  allá de  lo justo  estipulado en la Torá. Es una evidencia clara de su arrepentimiento y por esto la salvación llegó a su casa. Si no hay una disposición de restitución por el daño causado, no ha habido arrepentimiento verdadero y la salvación no es auténtica. Estamos obligados a restituirlos hasta donde te sea posible. Si no lo hacemos, el arrepentimiento no es sincero, y la salvación no ha llegado a nuestra vida.

Shemot / Éxodo
18 Parasha / Mishpatim

2° Aliyá

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