
Parashá 13
Shemot Éxodo 1:1-6:1
Shemot Significa “nombres”.
Cuarta Aliyá, 3:1-17
Moshé (Moisés) apacienta el rebaño de su suegro Yitró (Jetro) y lo conduce más allá de la estepa, hasta el monte de Eloha, Jorev. El ángel de Hashem (El Nombre) se aparece en una llama de fuego en una zarza que no se consume. Cuando Moshé se acerca para mirar Eloha lo llama por su nombre de en medio de la zarza. No puede acercarse sin quitarse los zapatos porque el lugar es tierra consagrada. “yo soy el Eloha de tu padre, Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov”. Moshé cubre su rostro por temor. Eloha dice que ha visto la aflicción de su pueblo en Mitsrayim (Egipto) y escuchado su clamor. Por eso ha descendido para liberarlos de los mitsries (Egipcios) para llevarlos a una tierra espaciosa donde viven seis pueblos. El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta él y él ha visto la opresión de los mitsries. Moshé es enviado a Paró (faraón) para sacar a su pueblo de Mitsrayim. Moshé contesta: “¿Quién soy yo para ir a Paró y sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim?” Eloha promete estar con él. La señal es que después de la salida le servirán en este monte.
Moshé pregunta por el nombre del Eloha de los padres de Israel. “Yo seré el que seré”, contesta. A los hijos de Israel debe decir: “SERÉ me ha enviado a vosotros”, “YHWH, el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”
Cuarta Aliyá, 3:1-17
3:1 “y Moshé apacentaba el rebaño de Yitró (Jetro) su suegro, sacerdote de Midyán; y condujo el rebaño tras el desierto, y llegó a Jorev, el monte de Eloha.”
Siempre se produce una manifestación y un encuentro sobrenatural si logramos atravesar el desierto espiritual guiados por el Todo Poderoso. Más allá del desierto, si se resiste, está la revelación.
3:2 “y se le apareció el ángel de Hashem en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moshé miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.”
El Todo Poderoso se manifiesta en la tierra por medio de sus malajes, (ángeles). Muchas veces estos seres maravillosos se manifiestan como llamas de fuego, como está escrito en Hebreos 1:7:“y de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros llama de fuego”
Aprendemos de este arbusto que ardía en una llama de fuego sin ser consumido. Nuestro servicio al Todo Poderoso no puede ser hecho por medio de nuestra propia inspiración, nuestro propio fuego. Ese fuego propio nos consume, como está escrito en Ezequiel 28:18: “Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.”
Por esto la inspiración en la música rock consume a los roqueros. La inspiración del Todo Poderoso, no nos consume. Es importante que nuestro servicio al Todo Poderoso sea con la aportación de su propio fuego, no con el nuestro, que es un fuego extraño que nos mata, como está escrito en Números 26:61: “Pero Nadav y Aviú murieron cuando ofrecieron fuego extraño delante de Hashem.”
3:5 “Entonces Él dijo: no te acerques aquí; quítate el calzado de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa.”
Cualquier pastor de ganado menor que va por la estepa en el Oriente Medio cubre su cabeza para protegerse del sol y los vientos. Cuando el Todo Poderoso se manifestó a Moshé no le pidió descubrir su cabeza, sino quitar sus botas. No eran sandalias, porque necesitaba algo más fuerte para proteger sus pies en ese terreno.
3:6 “y añadió: yo soy el Eloha de tu padre, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov. Entonces Moshé cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Eloha.”
Las Escrituras enseñan que delante del Todo Poderoso no es costumbre descubrir la cabeza, sino más bien cubrirse, para reverenciarle. En el tabernáculo estaba prohibido servir al Todo Poderoso sin la cabeza cubierta. El Sumo Sacerdote tenía que tener una cobertura sobre su cabeza en todo momento delante del Todo Poderoso. Yeshúa el Mesías (Jesús el Cristo) es el Sumo Sacerdote que está sirviendo en estos momentos en el tabernáculo celestial según el orden de Malkitsedek. Como el Sumo Sacerdote en la tierra es una sombra del Sumo Sacerdote que está en los cielos podemos deducir que el Mesías Yeshúa tiene su cabeza cubierta al servir en el Tabernáculo celestial, conferenciar. Zacarías 3:1-5; Revelación 19:12. Así que los que sirven al Todo Poderoso en el ministerio de Malkitsedek deben también cubrir sus cabezas en señal de respeto al Todo Poderoso, conferenciar. 2 Samuel 15:30; 1 Reyes 19:13.
3:8a “y he descendido para librarlos de mano de los mitsríes”
Esta es la séptima vez que el Todo Poderoso desciende a la tierra de forma muy concreta, las otras seis veces se encuentran en Génesis 11:5; 12:7; 17:1; 18:1; 28:13 y 35:9.
3:9-10 “y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los mitsríes los oprimen. Ahora pues, ven y te enviaré a Paró, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Mitsrayim.”
Hashem revela a Moshé su gran compasión por el pueblo oprimido. Para ser un líder capacitado hay que conocer las emociones del Todo Poderoso. Moshé tenía que conocer a un Eloha que tenía compasión, que sentía lo mismo que el pueblo, que se preocupaba por su situación y que es consciente de sus sufrimientos. Si un líder no tiene la compasión del Todo Poderoso por su pueblo, nunca será capaz de tener éxito en el Reino. Esto fue lo primero que Moshé tenía que aprender en este encuentro divino. Esta revelación del Todo Poderoso compasivo está íntimamente relacionada con el nombre YHWH. Ese es el nombre que expresa la misericordia y la compasión del Todo Poderoso.
Según el segundo nivel de interpretación, remez, alegórico, podemos decir que Mitsrayim representa el sistema maligno del mundo actual, Paró representa hasatán que gobierna en este mundo de maldad, y la esclavitud representa la situación del hombre bajo el pecado (controlado y esclavizado por su ego). Estos son los tres enemigos más importantes del hombre, el mundo, hasatán y el pecado. El último es el más peligroso, conduce a la muerte. Moshé recibe la misión de sacar al pueblo de estas tres cosas, de Mitsrayim, de la influencia de Paró y de la esclavitud. De la misma manera el Mesías ha recibido la misión de sacar al pueblo de Israel del sistema de este mundo, de la influencia de hasatán y del poder del Yetser hará, la inclinación al mal dentro del hombre, que le lleva a la muerte.
3:11 “Pero Moshé dijo a Eloha: ¿Quién soy yo para ir a Paró, y sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim?”
Moshé ya había perdido ese orgullo y soberbia juvenil que tenía la primera vez cuando intentó liberar a los Israelitas de la esclavitud. Ahora se había ido al otro extremo, menospreciando a sí mismo. Esta es la primera objeción que presenta ante el llamado divino. En total rehúsa obedecer cinco veces. Al final el Todo Poderoso se enfada con él. Humildad no es decir que uno no puede o sirve. Humildad es someterse a la voluntad del Todo Poderoso y hacer su voluntad incluso si esto va a producir exaltación, como está escrito en Filipenses 2:8b-9a: “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de madero. Por lo cual Eloha también le exaltó hasta lo sumo...”
Moshé no quiso ser grande por medio de humillarse, y por eso el Todo Poderoso se enfada con él.
3:12 “y Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que soy yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Mitsrayim serviréis a Eloha en este monte.”
La pregunta fue: “¿Quién soy yo?” la respuesta es: “yo estaré contigo.” Moshé tenía que aprender que las cosas no se hacen a la manera propia. Ya aprendió que cuando hace las cosas por sí mismo hay resultados desastrosos. Él no se veía capaz en sí mismo de sacar a los hijos de Israel de Mitsrayim. Pero el plan del Todo Poderoso era que Moshé no lo iba a hacer solo. Él iba a estar con él. Al hacer las cosas con el Todo Poderoso salen bien. Moshé tenía que aprender total dependencia del Todo Poderoso, y no confiar en sí mismo. Este es el gran secreto en el Reino, depender del Todo Poderoso, como está escrito en 2 Corintios 12:10: “Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Mashiaj; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
2 Corintios 1:9: “De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Eloha (Nuestro Dios) que resucita a los muertos.”
2 Corintios 3:5: “no que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Eloha”
1 Corintios 15:10: “Pero por la gracia de Eloha soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Eloha en mí.”
3:14-15 “y dijo Eloha a Moshé: SERÉ El QUE SERÉ. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: “SERÉ me ha enviado a vosotros.” Dijo además Eloha a Moshé: Así dirás a los hijos de Israel: “Hashem, el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov, me ha enviado a vosotros.” Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”
En total encontramos siete diferentes nombres del Todo Poderoso en esta revelación extraordinaria. Los siete son:
1. Seré el que seré – Ehiyé asher ehiyé.
2. Seré – Ehiyé, forma abreviada del primero.
3. El Todo Poderoso – YHWH (evito escribirlo entero por no estar seguro de su correcta pronunciación).
4. El Eloha de vuestros padres.
5. El Eloha de Avraham.
6. El Eloha de Yitsjak.
7. El Eloha de Yaakov.
El Midrash dice: “yo no soy llamado por ningún nombre permanente; Mi nombre varía de acuerdo con el modo en que Mis acciones son percibidas por el hombre,” Hashem explicó. “Cuando yo me siento en juicio yo libro guerra contra los malvados, yo soy llamado Tsevaot; cuando suspendo el castigo de un pecador, soy calificado Shadai; cuando yo soy misericordioso, me presento como YHWH (HaShem).
La raíz de la palabra Ehiyé es “hayá” (hey, yud, hey), que significa: ser, estar, existir / haber, tener / hacerse, llegar a ser, convertirse, volverse, ponerse / pertenecer a, servir de. La raíz del nombre YHWH es “havá” (hey, vav, hey), que significa: ser, estar, existir, devenir, llegar a ser, ocurrir.
La palabra YHWH (yud, Hey, Vav, Hey) está relacionada con los dos verbos hayá y havá. YHWH es la forma causativa, (hifil), del verbo havá, lo cual implica que él es (eternamente), él vive (y no puede morir) y hace vivir (da existencia a todo ser vivo). Él es el que existe por sí mismo, el único ser real, el eternamente presente. Él es la fuente de toda realidad, incomparable, sin límite, suficiente por sí mismo, Todo Poderoso e inmutable.
En Isaías 41:4 está escrito: “¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, Hashem (YHWH), soy el primero, y con los postreros estoy.”
Esto nos enseña que el Todo Poderoso no está limitado por el tiempo. Él es el primero y al mismo tiempo está con los postreros. Él está en estos momentos presente en el huerto del Edén cuando Adam toma el fruto prohibido. Él está en estos momentos presente cuando su Hijo está derramando su sangre en el madero.
Él está presente en la segunda venida del Mesías y en el juicio. Él está en el pasado, el presente y el futuro al mismo tiempo. No necesita recordar el pasado, él está en el pasado. Él no necesita pronosticar el futuro, él está en el futuro. Él es el primero y con los postreros está. Esto implica que él no necesitaba ver el futuro y el pasado en el momento cuando el Mesías murió por todos los hombres. Él estaba presente en todas las vidas de las personas que habían vivido, las que vivían en ese momento y las que iban a ser creadas en el futuro. Como Él es, él puede trasladar los pecados de todos los hombres del pasado, presente y futuro, y colocarlos en el cuerpo de su Hijo para que él pueda morir por todos, sin excepción. Así que en estos momentos el Padre está viendo la muerte de Yeshúa (Jesús), derramando su sangre por ti. Su muerte está eternamente presente ante el trono celestial. Por causa de esa muerte tú y yo tenemos acceso a su trono de misericordia. Por causa de que Él ES, podemos nosotros estar con él y recibir su vida eternamente y para siempre. ¡Bendito sea su nombre!
Está escrito en Revelación, Apocalipsis 4:8: “Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: SANTO, SANTO, SANTO, es HASHEM ELOHA, TSEVAOT, el que era, el que es y el que ha de venir.”
En 1 Timoteo 6:16: “el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea la honra y el dominio Todo Poderoso. Amén.”
Sólo Hashem (El nombre) tiene inmortalidad. El único inmortal habita en una luz inaccesible. Ningún hombre ha visto ni puede ver al único que tiene inmortalidad. Así que si Yeshúa fuera inmortal no lo podríamos ver, ni podría morir. El único que tiene inmortalidad es el Padre celestial. El Hijo de Eloha pudo morir y lo pudimos ver. Así que aquí no se habla de él, sólo del Padre.
Está escrito en 1 Timoteo 1:17: “Por tanto, al Rey Todo Poderoso, inmortal, invisible, único Eloha, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
El único Eloha es el Rey Todo Poderoso inmortal e invisible. Yeshúa fue mortal y visible. Así que el único Eloha no puede incluir a Yeshúa, sólo el Padre.
En Juan 5:26: “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le dio al Hijo el tener vida en sí mismo”
Originalmente sólo el Padre tenía vida en sí mismo. Luego el Padre dio al Hijo tener vida en sí mismo. Si el Padre no lo hubiera dado, el Hijo no lo tendría. El Hijo recibió del Padre la inmortalidad. No la tenía en sí mismo, la recibió.
Está escrito en Romanos 2:6-7: “el cual PAGARA A CADA UNO CONFORME A SUS OBRAS: a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna.”
El alma del hombre no es inmortal. Sólo hay uno que es inmortal. El hombre busca inmortalidad. Hashem comparte su inmortalidad con los que están conectados con él. Él es el dador de la vida y la existencia. No hay vida ni existencia fuera de él. Ningún ser puede existir si el Todo Poderoso no le da existencia. Los ángeles viven porque el Todo Poderoso los está dando vida. Los demonios viven porque el Todo Poderoso les está dando vida. Los hombres viven porque el Todo Poderoso los está dando vida. El que se aleja del Dador de la vida se muere, se elimina, deja de existir, desaparece. Fuera del dador de la vida no hay existencia. La filosofía griega ha engañado a judíos y cristianos con la doctrina de la inmortalidad del alma. Las Escrituras dicen que sólo hay uno que es inmortal, el que da vida a todo, como está escrito en 1 Timoteo 6:13a: “Te mando delante de Eloha, que da vida a todas las cosas”
Está escrito en Hechos 17:24-25, 28a: “El Eloha que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas... porque en El vivimos, nos movemos y existimos.”
Esa capacidad de dar vida la ha entregado a su Hijo, el último Adam, como está escrito en 1 Corintios 15:45: “Así también está escrito: El primer hombre, Adam, fue hecho alma viviente, El último Adam, espíritu que da vida.”
Está escrito en Juan 5:25: “En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Eloha, y los que oigan vivirán.”
En Juan 10:27-28: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.”
En 1 Juan 5:11-13: “Y el testimonio es éste: que Eloha nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Eloha, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Eloha, para que sepáis que tenéis vida eterna.”
“Hashem, el Eloha de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha de Yaakov...” Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.”
El nombre YHWH (el Todo Poderoso) está íntimamente relacionado con los tres patriarcas. Su nombre implica que está dando existencia a estos tres. Los patriarcas ya habían muerto para el tiempo de Moshé, no estaban vivos desde el punto de vista físico. Lo mismo pasaba para el tiempo de Yeshúa.
Los tsadukeos no creían en la resurrección. Tampoco aceptaban otras Escrituras fuera del Jumash, el Pentateuco. Por lo tanto, cuando el Mesías entró en discusión con ellos en cuanto a la resurrección, no usó argumentos de los libros que ellos no aceptaban como inspirados, (donde claramente se habla de la resurrección de los muertos, conferenciar. Job 19:26; Isaías 26:19; Daniel 12:2, 13 y otros más), sino usó el Jumash. Citó el texto que estamos estudiando, como está escrito en Lucas 20:37-38: “Pero que los muertos resucitan, aun Moshé lo enseñó, en aquel pasaje sobre la zarza ardiendo, donde llama al Señor, EL ELOHA DE AVRAHAM, Y ELOHA DE YITSJAK, Y ELOHA DE YAAKOV. Él no es Eloha de muertos, sino de vivos; porque todos viven para El.”
¿Cuál es el argumento del Mesías? Si no hay resurrección, como dicen los tsadukeos, ¿cómo el Todo Poderoso puede confesarse a los patriarcas y decir que es el Eloha de ellos, si están muertos? Él no es un Eloha de muertos sino de vivos. Esto nos enseña que los patriarcas estaban muertos cuando Yeshúa (Jesús) habló. Si Yeshúa (Jesús) los hubiera considerado como vivos, no tendría argumentos contra los tsadukeos. Para nuestro Rebe, la resurrección era necesaria para que el Todo Poderoso pudiera ser el Eloha de Avraham, Yitsjak e Israel. Si no hay resurrección, ellos siguen siendo muertos, y Hashem sería un Eloha de muertos. Así que la doctrina que enseña que están vivos los que han dormido en la fe, está equivocada. Los que durmieron necesitan la resurrección de sus cuerpos para estar vivos. Avraham, Yitsjak y Yaakov tienen que resucitar para que puedan ser considerados como vivos y Eloha ser un Eloha de vivos. Según el Mesías Yeshúa (Jesús), el hombre no puede vivir sin cuerpo. La resurrección es una condición para que el hombre pueda vivir eternamente, como está escrito en 1 Corintios 15:53-54: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada ha sido la muerte en victoria.”
La muerte no podrá ser devorada hasta que venga la resurrección, cuando los cuerpos muertos serán vivificados.
Shemot / Éxodo
13 Parasha / Shemot
4° Aliyá

"Nombres"
Éxodo 1:6 - 6:1

