
Parashá 13
Shemot Éxodo 1:1-6:1
Shemot Significa “nombres”.
TERCERA Aliyá, 2:11-25
Moshé, ya crecido, sale a donde sus hermanos y ve su duro trabajo. Un mitsrí (ejipcio) está golpeando a un hebreo. Entonces Moshé mata al mitsrí y lo esconde en la arena. El día siguiente ve a dos hebreos riñendo. Pregunta al ofensor por qué está golpeando a su compañero. Él responde: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al mitsrí? Moshé tiene miedo. Paró oye del asunto y procura matar a Moshé, pero él huye de su presencia a Midyán y se sienta junto a un pozo. Siete hijas del sacerdote de Midyán vienen a sacar agua y dar de beber al rebaño de su padre. Unos pastores vienen para echarlas de allí, pero Moshé las defiende y da de beber al rebaño. Cuando vuelven a Reuel él las pregunta por qué han venido tan pronto hoy. Responden que un mitsrí los ha ayudado. Él les dice que le inviten a comer algo. Moshé accede a morar con él. Él le da su hija Tsiporá, y ella da a luz un hijo. Moshé le pone el nombre guershom, extranjero allá, porque era peregrino en tierra extranjera.
TERCERA Aliyá, 2:11-25
2:11 “y aconteció que en aquellos días, crecido ya Moshé, salió a donde sus hermanos y vio sus duros trabajos; y vio a un mitsrí golpeando a un hebreo, a uno de sus hermanos.”
La identidad hebrea en este joven fue más fuerte que la identidad mitsrí. La expresión “sus hermanos” indica una identificación muy poderosa en su interior. Él tuvo que pasar una crisis profunda de identidad. Se preguntaba
¿Quién soy? ¿Soy mitsrí o hebreo? Finalmente tomó la decisión de seguir su corazón y unirse con los hermanos de sangre.
Esta misma experiencia está teniendo aquellos que se han criado en el mundo gentil pero tienen sangre judía o un alma judía. En este tiempo están sintiendo el fuerte impulso de salir de donde se han criado y unirse con “sus hermanos”, los judíos. El hecho de salir del contorno gentil y unirse al pueblo hebreo es una de las obras de fe más grandes, según Hebreos 11:24-26: “Por la fe Moshé, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Paró, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Eloha, que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando como mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Mitsrayim; porque tenía la mirada puesta en la recompensa.”
Vemos como el Mesías estaba en la mente de Moshé cuando tomó la decisión de unirse al dolor del pueblo escogido. El Mesías se identificó con su pueblo y tomó sus pecados sobre sí, como está escrito en Mateo 1:21: “Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Yeshúa (Jesús), porque El salvará a su pueblo de sus pecados.”
En Isaías 53:4-6: “Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Eloha y afligido. Más Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero Hashem hizo que cayera sobre El la iniquidad de todos nosotros.”
El oprobio del Mesías produce riquezas en el olam habá, el mundo venidero, como está escrito en Romanos 8:16-18: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Eloha, y si hijos, también herederos; herederos de Eloha y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con Él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.”
En 2 Corintios 4:17-18: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
Los sufrimientos que padecemos por causa de Mashiaj en este mundo, producen un eterno peso de gloria en el mundo venidero. La manera de aguantar el dolor y el sufrimiento es pensar en lo que produce. Habrá una gran recompensa para los que sufren por causa del Reino, como dijo nuestro Rebe Yeshúa (Jesús) en Lucas 6:22-23: “Dichosos sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Alegraos en ese día y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en el cielo, pues sus padres trataban de la misma manera a los profetas.”
Moshé puso su mirada en la recompensa invisible que sería revelada en el futuro. También se fijó en el invisible, como está escrito en Hebreos 11:27: “Por la fe salió de Mitsrayim sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible.”
Los sufrimientos por causa del reino producen recompensa en el olam habá, y todo tipo de sufrimientos en este mundo produce un carácter agradable para el Eterno, si reaccionamos de manera correcta ante ellos, como está escrito en Yaakov 1:2-4: “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.”
En Romanos 8:28-29: “Y sabemos que para los que aman a Eloha, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.”
El propósito de los sufrimientos que pasamos es que seamos moldeados conforme a la imagen del Hijo de Eloha. Esa es la meta que el Padre tiene para cada uno de sus hijos.
2:14 “y él respondió: ¿Quién te ha puesto de príncipe o de juez sobre nosotros? ¿Estás hablando de matarme como mataste al mitsrí? Entonces Moshé tuvo miedo, y dijo: Ciertamente se ha divulgado el asunto.”
Moshé fue rechazado la primera vez cuando vino a sus hermanos. De la misma manera la mayoría de los judíos rechazaron al libertador Yeshúa cuando vino por primera vez, como está escrito en Hechos 7:23-25: “Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido matando al mitsrí. Pensaba que sus hermanos entendían que Eloha les estaba dando libertad por medio de él, pero ellos no entendieron. Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: “Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís el uno al otro? Pero el que estaba hiriendo a su prójimo lo empujó, diciendo: “¿QUIÉN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ SOBRE NOSOTROS? “¿ACASO QUIERES MATARME COMO MATASTE AYER AL MITSRÍ?” Al oír estas palabras, MOSHÉ HUYO Y SE CONVIRTIÓ EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MIDYÁN, donde fue padre de dos hijos.”
Todavía no se habían cumplido los 430 años de estancia en Mitsrayim. Por lo tanto no era el tiempo para que Moshé liberara al pueblo. El llamado estaba en su vida, y el deseo de cumplir el llamado no faltaba, pero faltaban dos cosas: el tiempo correcto y la humildad necesaria. Al precipitarse ocurrió un desastre. En su propia ira y celo por su pueblo hebreo cometió un asesinato. Esa no era la manera de actuar. El Todo Poderoso tenía otro plan, y Moshé tenía que aprender a colaborar con Él en lugar de hacer las cosas por su propia cuenta y fuerza. El secreto del éxito en el Reino es colaborar con el Eterno en sus proyectos y no hacer las cosas a nuestra manera, como está escrito en Juan 5:19: “Por eso Yeshúa, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.”
Aquí vemos que el Hijo de Eloha no es todopoderoso. Él depende totalmente de su Padre. Así la voluntad del Eterno tenía éxito en su vida, como está escrito en Isaías 53:10b: “la voluntad de Hashem en su mano prosperará.”
De la misma manera nosotros no podemos hacer nada sin la ayuda de Mashiaj Yeshúa como está escrito en Juan 15:4-5: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.”
2:15 “Cuando Paró se enteró del asunto, trató de matar a Moshé; pero Moshé huyó de la presencia de Paró y se fue a vivir a la tierra de Midyán, y allí se sentó junto a un pozo.”
Según el Midrash Moshé se fue primero a la tierra de Kush, donde obtuvo su primera esposa que luego le despidió, conferenciar. Números 12:1. Después llegó a Midyán y se casó con una hija de Yitró que, según Rashí, era gobernante de Midyán.
Los 40 años en la estepa enseñarían a Moshé a ser humilde y depender del Eterno para poder ser un verdadero libertador. La dependencia del Eterno es la clave para tener éxito en el Reino.
Shemot / Éxodo
13 Parasha / Shemot
3° Aliyá

"Nombres"
Éxodo 1:6 - 6:1



