


Camino #46: Aprende para Enseñar.
No crezcas solamente para ti mismo. Si tienes algo de información que valga la pena, compártela. Mediante llegar a otros, llegarás a ti mismo. Sea en mérito de Rab Noaj Weinberg zt''l,
Lo que sea que aprendas, ya sea libros, clases, o experiencia de vida, hazlo con el objetivo de compartirlo con otros. Si fue fascinante, ¿cómo te cambió? ¿Qué te enseñó sobre la vida? ¿Y cómo puedes pasar esta idea a otros? El camino #46 es "Halomed al menat lelamed", literalmente "aprende para enseñar". No crezcas solamente para ti mismo. Si vale la pena, compártelo. Para comunicar efectivamente lo que has aprendido:
-
Defínelo claramente. ¿Cuál es el punto esencial? 2- Entiéndelo completamente. ¿Hay algún punto que no tengo claro? 3- Sabe cómo transmitirlo. ¿Cómo puedo explicárselo a otros de la mejor manera? 4- Ponlo en práctica. ¿A quién se lo enseño? (5- Si te fascina a ti, fascinará a otros ff)
Haz de este proceso algo automático, para que cuando sea que aprendas algo nuevo, pienses instantáneamente cómo transmitirlo.
Si vale la pena aprenderlo, vale la pena compartirlo.
No queremos vivir solamente para nosotros mismos. Como parte de la humanidad, queremos ser los "protagonistas de las noticias". ¿Acaso es la búsqueda de fama? No lo creo. Si tuvieses información para cambiar el curso de la historia, la compartirías incluso anónimamente. Imagina que estás caminando por la calle y conoces a un extraterrestre. Él dice: “He venido de una galaxia lejana para comunicar un mensaje importante a los terrícolas”. ¿Qué es lo primero que haces? "¡Tengo que contarle esto a todo el mundo! ¿De qué universo dijiste que venías? ¿Cómo deletreas tu nombre? Déjame ver esos tentáculos, ¿realmente funcionan?". Comienzas a evaluar, pensar, analizar y a enfocarte, todo esto porque tienes una audiencia que está esperando tus palabras. Aplica esta técnica a todas las experiencias de la vida. Si estás volviendo de vacaciones, piensa qué mensaje quieres transmitir a tus amigos cuando llegues de vuelta. Lo que sea que estés haciendo, en el zoológico, en una boda, o leyendo el periódico, continúa preguntándote ¿Cuál es el valor de esta información? ¿Qué me enseña sobre la vida?
Y luego pregúntate: ¿Quién más se beneficiaría con este concepto, y cómo se lo puedo enseñar?
No desperdicies ninguna oportunidad. La próxima vez que vayas a un concierto, imagina que eres un crítico de música para el periódico más importante. Todo el mundo muere de ganas por escuchar tus comentarios. Los van a traducir hasta a ruso y chino. ¿Ves cómo afecta esto tu experiencia? Cada movimiento de la batuta, cada golpe al platillo tendrá toda tu atención. ¡Estás envigorizado! Ensaya, pretendiendo que tienes que enseñarlo en una clase a mil personas. ¿Cómo resumirías los puntos principales? ¿En qué estás de acuerdo o en desacuerdo con la conclusión?
Crea oportunidades para enseñar
Estás en un avión, sentado junto a un extraño. ¡Y todos sabemos lo aburrido que puede ser! Pero es también una gran oportunidad para discutir tu perspectiva sobre un asunto importante. Por supuesto, tienes que preparar la conversación para la discusión. Intenta esta técnica: Comparte una dificultad que estés teniendo con el asunto, y pide un consejo. (Cuando estás en la calle y debes pedirle a un extraño directivas para ubicarte, ¡eso no te complica en absoluto!)
Entonces di: “Estaba pensando en este asunto. ¿Me ayudarías a entenderlo?”. A todo el mundo le gusta dar consejos. Y a continuación, podrás explicar tus ideas completamente, ¡y de paso podrías aprender algo!
Anticipa las oportunidades para enseñar, ya sea que estás en la cola en el banco, o almorzando con amigos. Hasta puedes invitar a gente con el propósito expreso de tener una conversación significativa. Sé creativo. Las posibilidades son infinitas. Esto no es para sugerir que conviertas a todos tus amigos y a tu familia en conejillos de indias. Pero si significa reconocer de antemano cómo puedes impactar a otros de una manera positiva.
No tienes que ser perfecto para enseñar
La idea de enseñar incomoda a mucha gente. Podemos sentirnos inadecuados: ¿Quién soy yo para enseñar? No sé lo suficiente todavía. ¡Estoy lejos de haberme perfeccionado! Estas son racionalizaciones. Porque de hecho, nadie es perfecto. Los mejores profesores cometen errores; más al comienzo, menos después. Es como andar en bicicleta o manejar un auto, cuanto más lo haces, más fácil se torna. Nadie se convirtió en un gran maestro sin equivocarse algunas veces.
¿Cómo adquieres práctica? ¡Ve a enseñar! La primera vez, posiblemente se reirán. Pero no te desanimes (¡Ponte contento que no te han insultado!). Inténtalo de nuevo. La segunda vez discutirán contigo. Esa ya es una buena señal, los tienes comprometidos. La tercera vez te agradecerán. Eso hace que todos los esfuerzos anteriores hayan valido la pena. De la misma manera en que un artista necesita estudiar de los grandes maestros, un profesor necesita estudiar los métodos de grandes educadores. Si tienes un profesor favorito (o periodista, actor, etc.) presta atención a sus técnicas para comunicar el mensaje.
Pero no esperes hasta ser perfecto, porque eso está bastante lejos todavía. Sólo comienza y enseña lo mejor que puedas. Esto hará maravillas para ayudarte a clarificar tu propio punto de vista.
¿La gente quiere aprender?
Puedes decir: esperaré hasta que la gente pida un consejo, después les enseñaré. Si alguien estuviese sangrando en la calle, no esperarías hasta que te pida ayuda. Aún si dijera: “No, déjame solo”, no te irías mientras está desangrándose, diciendo: “Bueno, de todos modos no quería mi ayuda”. Ayudarías a pesar de todo, tratando de convencerlo. La gente que más necesita a menudo es la última en pedir. Se proactivo. Si tu amigo tiene problemas maritales, ofrécele ayuda con mucho tacto. No esperes a que diga: “Por favor, ayúdame, abre mis ojos”. Porque eso no va a ocurrir. No pasarías sin detenerte por el lado de alguien que está sangrando en el piso. Cuando alguien está deprimido es exactamente lo mismo.
Desarrolla un repertorio de enseñanzas
Mantén un inventario de lo que sabes. Organízalo, y podrás enseñar las cosas indicadas en el momento apropiado. Para desarrollar un repertorio, pregúntate lo siguiente:
-
¿Qué es lo que le fascina a la gente?7/ - Qué información es crucial? / -¿Qué ideas conozco mejor?/ -¿Qué he aprendido de los golpes de la vida?
Conviértete en un especialista. Identifica un área que hayas aprendido en profundidad, y trata de perfeccionarla. Actualízate constantemente, expande y mejora tu repertorio. Mantén tus ideas frescas. Si estás excitado con el material, tu audiencia también lo estará. Para hacer este concepto más real, intenta escribir un testamento ético. “Querido hijo: ahora que he cumplido “100 años”, déjame contarte algunas cosas que he aprendido de la vida…”. Imagina que la CNN está entrevistándote sobre las cosas más importantes que has aprendido en la vida. ¿Qué responderías? Busca dentro de ti mismo por las cinco cosas más importantes que sabes. Es un proceso doloroso, pero es crucial para entenderte a ti mismo. Y algún día querrás enseñarles sabiduría a tus hijos.
Formaliza el proceso
Aprendemos una cantidad fenomenal de ideas cada día. Pero no estamos en contacto con su valor, por lo que se pierden. Nos traga un montón de tonterías, permanecemos como zombis, y lo bueno se va por la alcantarilla. Para ayudarte a separar la harina de la paja, escribe las cosas, como una especie de diario. Hay diferentes maneras de escribir un diario. Hay personas que describen eventos: “David se cayó de su bicicleta hoy”. Otros escriben como si estuviesen comunicándoselo a un amigo imaginario: “Querido Diario: Hoy me sentí muy insultado…”. La idea de llevar un diario es para clarificar: ¿Cómo crecí hoy? ¿Y cómo se lo puedo transmitir a otra persona?
Para solidificar tu acercamiento a la enseñanza, repasa lo que has aprendido cuando todavía está fresco en tu mente. Antes de irte a dormir en la noche, escribe cinco cosas de sabiduría, cinco ideas, cinco ítems de crecimiento. Hacer esto significa que estás despierto, que estás creciendo.
¿Por qué “Aprender para Enseñar” es un camino a la sabiduría?
-
Cuando aprendes para enseñar, ganas claridad sobre lo que está dando vueltas por tu mente.
-
Si vale la pena aprender algo, entonces vale la pena compartirlo.
-
Asegúrate de aprender algo Nuevo cada día. Si no has aprendido, no has crecido.
-
Cada noche, pregúntate: “¿Cómo puedo enseñar lo que he aprendido hoy?”.
-
Saber que tendrás que enseñar te da más poder para entender, analizar, poner atención y motivarte. ¡Utilízalo!
-
Enseñar sabiduría es la misión de la nación judía de ser “una luz para las naciones”.
-
Cuando aprendes un concepto, desenvuélvelo para ver sus componentes. Si A es verdad, entonces B puede que también lo sea.
-
¡Entrena! Toma muchos conceptos y somételos a este proceso.
-
Cualquier cosa que escuchemos en realidad no tiene valor, a menos que lo aprendamos.
-
Todas las noches antes de ir a dormir, haz un análisis intelectual del día.
-
Para estar vivo, debes estar comprometido con el proceso de la vida. Publicado: 11/10/2009